El crecimiento económico de China superó las expectativas en el primer trimestre, aumentando un +5,3% interanual, considerablemente más fuerte que el consenso del +4,8%, y adelantándose poco a poco al crecimiento interanual del +5,2% del cuarto trimestre.
Esta es la primera vez que el mercado compara dos períodos de crecimiento económico sin el impacto de la política de Cero-COVID de China, y en general, como detallamos a continuación, los datos de actividad económica en marzo en general decepcionaron las expectativas.
La producción industrial aumentó un 4.5% en marzo respecto al año anterior (por debajo del pronóstico de los economistas del 6%).
La producción industrial aumentó un 6.1% en el primer trimestre (por debajo del 7.0% en febrero).
Las ventas minoristas aumentaron un 3.1%, también decepcionante (en comparación con una ganancia esperada del 4.8%) – el consumo interno sigue siendo débil ante la presión deflacionaria y después de que las importaciones se redujeran durante el mes.
Los flujos de inversión fueron mixtos, con la inversión inmobiliaria continuando su descenso (un 9.5% menos, el peor desde diciembre, y considerablemente peor que el 9.2% esperado)…
…pero la inversión en activos fijos de amplio alcance aumentó un 4.5% en los primeros tres meses (mejor que el aumento del 4% proyectado por los economistas).
Finalmente, la tasa de desempleo encuestada en marzo disminuyó al 5.2% desde el 5.3% en febrero.
En pocas palabras, la recuperación económica de China ha sido desequilibrada.
Como informa Bloomberg, la manufactura se está manteniendo, gracias a la resiliente demanda extranjera y a los esfuerzos de Beijing para amortiguar el golpe de las restricciones comerciales de Estados Unidos mediante el desarrollo de tecnologías avanzadas en el país.
Pero los consumidores chinos han tardado en recuperar su apetito por gastar, en medio de una prolongada desaceleración inmobiliaria que está pesando sobre la confianza de los hogares y las empresas.