El caso fue llevado a los tribunales por un lobby medioambiental y buscaba reducir en Berlin la contaminación del aire. Pues bien, el juzgado falla que la ciudad de Berlin debe prohibir la circulación a los vehículos diésel más contaminantes en algunas calles, es decir, a los coches más antiguos.
Esto es importante porque corta la posibilidad de vender ese coche de segunda mano, es una pérdida a asumir a la hora de comprar otro nuevo en mercados en donde el mercado de segunda mano funcione bien.