El pésimo dato de ISM de manufacturas al peor nivel desde 2009, ha dejado claro a los mercados que el enfriamiento está siendo fuerte también en EEUU y que su banco central está completamente fuera de juego, sin ver lo que todos los avisos y datos indicaban.
Ahora la clave será ver si este duro enfriamiento en manufacturas consigue contagiarse y hasta que punto en servicios.