La psicología humana es usada de forma regular por los operadores. Y de ahí las numerosas encuestas de sentimiento de mercado.
Normalmente se usan mucho las encuestas de sentimiento del mercado para usarlas como indicadores contrarios. Pero habitualmente se comete un grave error.
Ya hemos hablado muchas veces de la asimetría de la bolsa. Motivo por el que nunca recomendaremos cortos en bolsa a medio plazo. La bolsa sube despacio y sostenidamente, durante mucho tiempo, y baja violentamente y mucho más rápido.
Esta asimetría también la debemos aplicar a las encuestas de sentimiento.
Cuando se trata de pronosticar suelos de mercado son mucho más efectivas que cuando se trata de identificar techos. Hay muchos inversores que han tenido serios problemas intentando ponerse cortos ante encuestas de sentimiento muy alcistas, muy extremas, y sin embargo las alzas han permanecido incluso años causando graves pérdidas.
Veamos estas muy interesantes tablas que dejan las cosas claras:
Como se puede comprobar, estas lecturas tan extremas llevan desde 1969 hasta el año pasado a que tanto a 1 mes, 3, 6, 9 y 12 los rendimientos sean menores a lo normal, pero las medias son todas de subidas…Ojo con entender los extremos de optimismo por tanto como bajadas seguras…
Sin embargo, cuando se está en extremo negativo:
Las ganancias son claramente superiores a partir de 6 meses y hasta 5 años a lo normal.
Y en la encuesta de la Asociación Americana de Inversores Individuales tenemos algo parecido, según nos muestra este gráfico de la misma fuente antes citada:
Así que ya ven que está muy claro, la asimetría de la bolsa, es realmente muy clara, y los suelos son muy diferentes de los techos. La bolsa permanece muchísimo más tiempo alcista o lateral que bajista, eso sí yendo más lento. Incluso en ambientes muy enrarecidos y si no vean este ejemplo.
Este artículo es realmente interesante. Ya lo cité hace unos años, pero es que me parece de lo más revelador.
Bolsas de Valores (1939-1945)
www.exordio.com/1939-1945/paises/bolsa_valores.html
Esta cita es tremenda:
Apenas estalló la guerra, la Bolsa de Valores de Londres supo qué hacer, estaba preparada para sufrir el embate y puso en práctica las medidas pertinentes. Por esa razón no ocurrió el pánico que se desató en agosto de 1914, cuando estalló la Gran Guerra.
En 1939, los grandes países europeos (Inglaterra, Alemania, Francia) estaban convencidos de la victoria de sus armas; ni los Aliados ni los alemanes dudaban que ganarían la guerra. Hasta el 10 de mayo de 1940, las bolsas de Berlín, Londres y París registraron altas lentas, pero sostenidas. Con la derrota de Francia todo cambia; Londres se pone en la baja, mientras que Berlín manifiesta una importante propensión al alza. Hasta el 31 de agosto de 1941, Berlín, seguido de cerca por Milán y Amsterdam (por el hecho de la supresión de la barrera de cambio), tuvo una alza del 75% con relación a su curso del 26 de agosto de 1939. La Bolsa de Londres, seguida de bastante lejos por la de Nueva York y Montreal, señaló una franca recuperación después del fracaso alemán en la Batalla de Inglaterra y la inobjetable duda que se produjera una invasión, pero hasta fines de julio de 1943 no se alcanzó el nivel de septiembre de 1939.
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Desde poco después de junio de 1940 los franceses y los belgas recuperaron su confianza en la victoria aliada. A partir de julio de 1941, París y Bruselas vieron un movimiento al alza sin cesar. Las victorias soviéticas de Timochenko, la conquista de Libia y el desembarcos de Dieppe (aunque fue un fracaso, fue una advertencia) y el de Argel fueron las causas de aquella subida vertiginosa, que alcanzó su punto culminante el 19 de enero de 1943 en Bruselas (alza del 280% con referencia a septiembre de 1939) y el 21 de enero de 1943 en París (alza del 350% con relación a septiembre de 1939), después de la gran victoria de Stalingrado.
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El gobierno del Reich, que a ningún precio quería dejar libre curso a las especulaciones de los compradores de la bolsa de Berlín, decidió el 25 de enero de 1943 fijar los Stopkursen (cambios máximos). Lo mismo se hizo en Amsterdam, pero esta última bolsa dejó entrever ciertas tendencias a la baja. Aparentemente, los cambios seguían una línea horizontal, pero la intervención a que estaban sometidos no reflejaba el verdadero sentir de los compradores o vendedores.