Como se puede ver a días al cierre de ayer, la bajada desde la sobrecompra de finales del año pasado es tranquila y ordenada, lo que es un arma de doble filo.
Por un lado, tenemos que está claro que los operadores esperan poco de la situación actual, pero también nos deja una tendencia bajista tan bien marcada que si se llega a una stuación positiva, la rotura también puede ser clara.
El problema lo tenemos cuando aparecen noticias como que Volvo en un par de años sólo creará automóviles eléctricos o híbridos y Francia quiere dejar de vender diésel y gasolina en un par de décadas… esto es profundamente negativo para el futuro de todo el sector… hasta que aparezca la realidad en forma de imposibilidad de producir tanta energía para todo el parque móvil sin la participación de las energía fósiles, así que tendrán una segunda oportunidad, pero hasta que llega, el aumento de la producción en EEUU y también de las exportaciones de la OPEP, amenazan con perder el soporte del 50% de la mejora desde los mínimos de 2016, los 64, que ya se marcaron como resistencia y soporte a finales del Q1.