Acaba de publicarse una pieza de Deutsche Bank, según la cual el banco germano dice que la interpretación que está dando el mercado a las palabras de Draghi es exagerada, ya que Draghi no dijo tanto el otro día.
Pero personalmente, no creo que el mercado exagere. Por cierto, se descuenta al 90% según determinados derivados sofisticados, que habrá subida de tipos del BCE en julio o antes. Personalmente tengo muy claro que en el primer semestre de 2018 se liquida la QE al menos. Y no solo porque Draghi intenta preparar, sino por una cuestión matemática. La escasez de bonos, no hay suficientes.
Pero no solo por esto creo que no se exagera, sobre todo lo pienso porque es demasiada casualidad y si no vean.
- – Draghi da el susto ya conocido por todos. Hace pocos días decía todo lo contrario
- – En Canadá Poloz, gobernador del banco central, ayer mismo se pone duro también, diciendo que los tipos están muy bajos, y que los excesos de capacidad de producción se han reducido. Se descuenta al 50% subida de tipos tras sus palabras.
- – Por sorpresa total M. Carney del BOE que como Draghi hace pocos días era blandito y suave, se diría que como de algodón como Platero, dice que hay que reducir estímulos.
- – Noruega anda más dura…rumores de que Suecia lo hará la semana que viene…
¿Esto es casualidad? ¿En apenas 24 horas? Natixis en un interesante informe desglosa todo esto, y deja claro, que aquí hay una especie de concertación y hasta hace una tabla con las variaciones de anticipaciones sobre la semana pasada.
Estoy totalmente de acuerdo con Natixis cuando comentan que la mayoría de bancos centrales están preparando a los mercados para un cambio de tono, sabiendo que la liquidez ahora mismo es muy abundante. Hasta llegan a decir que el Banco de Japón que parece el más reticente, se lo podría estar pensando.
En suma, por alguna razón, puede que viendo la ausencia de volatilidad que había en los mercados de la que tanto hemos hablado, los expertos creen que es muy posible que los bancos centrales piensen que este es un buen momento, para poder normalizar sus políticas monetarios sin provocar un desastre en el mercado. A mí me parece que la intención es esa, y que el tiempo dirá si tienen razón o no, pero lo van a intentar.
Si estamos en lo cierto, tenemos por delante varias consecuencias. Malos tiempos para las utilities, hoy se ve cómo es el peor sector con diferencia, a su elevado endeudamiento natural, por las infraestructuras que necesitan, le viene todo esto fatal, malos tiempos para los bonos, que están cayendo a plomo, posiblemente dólar débil, y desde luego el gran beneficiado será el sectorial bancario, siempre que esta normalización, como así parece, sea moderada.
En principio, y en cuanto a las bolsas, tampoco parece este motivo suficiente para una fuerte bajada, pero nunca se sabe. Habrá que seguir vigilando a las tecnológicas.
Habrá fuerte manipulación psicológica para intentar calmar las cosas.
Y hablando de manipulaciones psicológicas, como bien pronto vamos a entrar en la campaña de resultados del segundo trimestre, prepárense para la manipulación que nos va a caer al respecto.
Vamos a ver, en un interesante estudio publicado por la propia FED de Boston, en qué se basa psicológicamente esta manipulación. Es lo que se conoce por el efecto «Tom Sawyer». El efecto se llama así en honor al inmortal libro de Mark Twain y a un pasaje concreto donde el protagonista es capaz de convencer a sus amigos de lo maravilloso que era pintar la cerca, con una gran habilidad psicológica.
El estudio se llama «Tom Sawyer and the Construction of Value» y está escrito por Dan Ariely, George Loewenstein, y Drazen Prelec.
Lo pueden leer al completo con sus tres experimentos psicológicos en este enlace de la FED de Boston:
http://www.bos.frb.org/economic/wp/wp2005/wp0510.pdf
De los tres experimentos, para que se comprenda este efecto «Tom Sawyer», voy a quedarme con el primero para no complicar las cosas. Poco más o menos consiste en lo siguiente.
Un profesor dice a una clase que leerá próximamente un poema de un autor conocido de EEUU durante 15 minutos. Se supone que el profesor es un buen rapsoda. Entonces separa a la clase en dos grupos sin contacto entre ellos y hace las siguientes preguntas diferentes a cada grupo:
– Grupo 1: «¿Quién está dispuesto a pagar dos dólares por escuchar mi lectura de los poemas?»
– Grupo 2: «¿Quién estaría dispuesto a que yo le pagara dos dólares a cambio de escuchar mi lectura de los poemas?»
La respuesta que dan los grupos es totalmente lógica. El grupo 1 registra muy pocos alumnos dispuestos a pagar por escuchar al profesor, en concreto tan sólo un 3% aceptarían pagar esos dos dólares.
En el grupo 2, lógicamente, el número de los que están dispuestos a cobrar dos dólares por escuchar al profesor es mucho más elevado, en concreto del 59%.
Como vemos hasta aquí todo muy normal, pero ahora viene lo bueno y la aparición del efecto Tom Sawyer.
El profesor entonces le dice a cada grupo que la audición será gratis, es decir, que los del grupo 1 no tendrán que pagar por escucharle y que los del grupo 2 no van a cobrar por escucharle, y entonces pregunta a todos: «¿Cuántos, sabiendo esta condición de que ni cobro ni pago por escucharme, estáis dispuestos a oir mi lectura?»
Lo lógico sería que aproximadamente el mismo número de alumnos del grupo 1 que del grupo 2, estuvieran dispuestos a escuchar la audición, una vez suprimido el cobro o el pago… pero la mente humana no es lógica y se ve muy fácilmente manipulada. Y si no, vean:
– El 35% de los alumnos del grupo 1, es decir, a los que inicialmente se les había pedido dinero por escuchar la lectura, dice que irán a la audición gratuita.
– Pero, sin embargo, tan sólo ¡el 8%! del grupo 2, es decir, de los que creían inicialmente que iban a cobrar, está dispuestos a ir a la lectura.
¿Qué ha pasado aquí?
Pues está muy claro, la pregunta inicial efectuada a los diferentes grupos ha condicionado a la mente humana, ha aparecido el efecto Tom Sawyer. Los del grupo 1 tienen un concepto del valor de la lectura del poema muy diferente a los del grupo 2, porque para ellos al tener que pagar primero y luego ser gratis, ahora vale más; para los otros es al revés, al ir a cobrar primero y ahora tenerlo que hacer gratis supone una pérdida de valor en su mente, cuando al final no hay nada de eso, la lectura tiene el mismo valor para todos.
Este experimento ha sido repetido por numerosos investigadores de muchas maneras y el resultado siempre es el mismo. Las empresas de EEUU lo saben y lo usan para intentar manipularlos a nosotros, a los analistas y a las cotizaciones.
Las empresas nos meten a todos en el grupo 1 de alumnos, nos dicen unas previsiones más bajas de las reales y cuando salen las de verdad, siempre mejores, las valoramos más.
Si dijeran la verdad desde el principio, cuando salen los resultados estaríamos en el grupo 2 y, aunque la publicación fuera exactamente igual, no le ponemos el letrero de «mejor de lo esperado» y no reaccionamos igual, ni las acciones subirían tanto.
En realidad el hecho objetivo, el resultado, es uno sólo, pero ellos conocen muy bien el efecto Tom Sawyer y saben perfectamente como un resultado normal y corriente puede ser vendido como una maravilla, todo depende del condicionamiento previo. La mente humana pone el resto.
Como pueden ver, el concepto de bueno o malo, por ejemplo, sobre la valoración de una acción puede ser totalmente arbitrario y luego, una vez establecida, nos dejaremos llevar por la corriente, como demuestran los experimentos siguientes de este excelente trabajo de la FED de Boston. Tras leer todo esto, ¿podemos seguir estando seguros de que ésta es una «buena» campaña de resultados o quizá sólo de que «es mejor de lo esperado»? Como diría Cela, igual no es lo mismo estar dormido, que estar durmiendo…:)