Los fondos de inversión temáticos, también conocidos como fondos especializados, son instituciones de inversión colectiva (ICC) en las que su filosofía de inversión se centra en un único tema, generando una cartera de valores heterogénea alineada con las megatendencias que impulsan la economía global. Los fondos de inversión temáticos cuentan en su equipo gestor con un especialista en la rama en la que se centran.
Definición de fondos temáticos
Los fondos de inversión temáticos son vehículos de inversión monotemáticos (principalmente de renta variable) con una filosofía basada en construir una cartera centrada en las megatendencias globales y las grandes industrias que revolucionarán la humanidad en el futuro. Estos fondos no siguen el ciclo económico, si no que tratan de detectar temáticas con potencial a largo plazo.
Las megatendencias se definen como corrientes con capacidad para cambiar la sociedad, la forma de vivir, de consumir, de hacer negocios, de gobernar…
Los fondos de inversión temáticos, a diferencia de los sectoriales, pueden abarcar varios sectores, puesto que una idea engloba a muchos tipos de agentes económicos.
Los fondos de inversión temáticos invierten en más de un sector o industria relacionados, reduciendo el riesgo al diversificar en diferentes perspectivas de la misma megatendencia. Por tanto, los fondos de inversión temática incluyen en su cartera diferentes subsectores relacionados directa o indirectamente con la temática principal. Por ejemplo, un fondo de inversión sectorial especializado en robótica, invertirá únicamente en fabricantes de robots y componentes de los mismos, sin embargo, un fondo de inversión temático de robótica, invertirá además en sectores que puedan beneficiarse de la evolución de la robótica, como empresas de logística, cadenas de distribución, etc.
La selección de los fondos de inversión temáticos se basa en la detección de tendencias futuras y activos con elevado potencial, por tanto, invierten en empresas en fase de crecimiento con fuerte potencial en el largo plazo, independientemente de su rendimiento presente. Los fondos de inversión temáticos deben tener un “timing” de mercado muy bien estudiado, ya que localizar una tendencia de mercado en un momento posterior podría causar un gran coste de oportunidad.
Cuando sumamos fondos temáticos o especializados a nuestra cartera, lo que conseguimos es huir de las fluctuaciones del mercado, ya que sus estrategias de inversión sofisticadas tienen un grado de correlación muy bajo respecto al mercado.
En definitiva, los fondos temáticos se caracterizan por explotar la rentabilidad producida por las grandes tendencias que mueven la economía, por ello, mejoran el perfil de la cartera al aportar diversificación, añadiendo productos que huyen de las fluctuaciones del mercado, centrándose en el desarrollo de tendencias a largo plazo. Además, los fondos temáticos, permiten al inversor empatizar con los productos, al fomentar el desarrollo de sectores fundamentales para la sociedad, convirtiendo al inversor en parte activa del cambio y el desarrollo social. Por último, gozan de las ventajas fiscales de los fondos de inversión, hallándose exentos de tributación los traspasos entre fondos de inversión.
Ejemplos de fondos de inversión temáticos
Los fondos de inversión temáticos invierten con una clara visión de futuro, en cuanto a mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo social, invierten en sectores como salud, ciencia, el envejecimiento de la población, tecnologías disruptivas, demografía, sostenibilidad, energías alternativas y limpias, economías colaborativas, Smart Cities y Smart Homes, fintech, ética medioambiental, etc. Este tipo de inversiones, presentes en los fondos de inversión temáticos, permiten al inversor empatizar y ser parte de la evolución social, además de aportar rentabilidad para el inversor.
Actualmente, las principales megatendencias motor del desarrollo son la demografía, la sostenibilidad y la tecnología disruptiva. La demografía cobra su valor debido al envejecimiento de la población y a la mayor esperanza de vida, esta tendencia modifica el modelo de consumo y genera la necesidad de adaptar los productos y servicios a este sector de la población. Por su parte, la sostenibilidad se encuentra ligada al desarrollo de energías renovables, movilidad y economías circulares, situando el foco en la conciencia medioambiental. Por último, las tecnologías disruptivas, encabezadas por la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y la biotecnología, asumen un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad.
Uno de los principales problemas de la inversión temática es la inexistencia de categorías estandarizadas a nivel global, para combatir la falta de consenso, Broadridge categoriza los fondos de inversión temáticos en cinco grandes grupos: sostenibilidad, tecnologías emergentes, cambios de consumo, vida saludable y multitema.