Después de una subida de siete meses sin correcciones serias, ayer llegó un retroceso que ha dejado a toda la comunidad de traders con muchas preguntas.
En una perspectiva más amplia, para un mercado que ha disfrutado de tres años de rentabilidades sobresalientes y se mantiene apenas por debajo de sus máximos históricos, no faltan los debates sobre los temas clave del momento. Aunque esto hace que avanzar sea más difícil —el retroceso de ayer fue duro, especialmente en las exposiciones más populares, y continuó durante la noche—, la tensión no es del todo negativa. Dicho de otra forma: hoy hay más debate y prudencia que en años como 1999, 2007 o 2021.
De cara al futuro, diría que el equilibrio de riesgos sigue favoreciendo a los alcistas.
No estoy diciendo que la relación riesgo/recompensa sea especialmente atractiva, ni que este sea un momento ideal para añadir mucho riesgo adicional.
Lo que digo es que quiero ir con la Fed, con el impulso cíclico del crecimiento estadounidense, con el flujo de inversión en IA y con los flujos subyacentes de capital.
Así que, con una dosis seria de humildad y mente abierta, sigo con el plan de mantenerme alcista de manera responsable.
Dentro de ese marco, y considerando todos los puntos anteriores y siguientes, mantendría un sesgo hacia calidad y liquidez.
1. Tecnología estadounidense
La avalancha de anuncios recientes ha sido vertiginosa. Con ello ha llegado convexidad al alza en los grandes nombres, pero también preguntas sobre retornos, sostenibilidad y niveles de deuda.
Reconozco que llegará un momento en que no haya titulares sorprendentes cada día. Además, el debate sobre la rentabilidad del capital invertido (ROIC) es legítimo y probablemente nos acompañará un tiempo.
Dicho esto, el mensaje principal de las últimas noticias es claro: el auge de la IA sigue intacto.
Un dato que lo ilustra: a comienzos de este año el mercado esperaba que los hyperscalers gastaran unos 300.000 millones de dólares en CapEx para 2026; hoy esa cifra supera los 500.000 millones.
Además, el impulso cíclico para que las empresas aumenten su gasto en tecnología sigue siendo muy fuerte. En resumen: no tengo intención de ir contra este flujo de capital por ahora.
2. Amplitud de mercado
Objetivamente, el repunte reciente ha sido estrecho. Hay muchas formas de medirlo —porcentaje de acciones en nuevos mínimos frente a nuevos máximos, la clara subrentabilidad del SPW frente al SPX, etc.—.
Aunque esto es una preocupación válida, no considero que la amplitud haya sido un indicador adelantado de calidad en los últimos años.
Dicho de otra manera: se ha criticado la falta de amplitud durante años, y mientras tanto, el mercado ha mantenido una poderosa tendencia alcista.
Para ponerlo en contexto: desde 2009, el NDX ha subido en 16 de los últimos 17 años, con una rentabilidad total del +2.436 %, y el 90 % de esa ganancia proviene del crecimiento de beneficios y dividendos.
No digo que la debilidad de la amplitud deba ignorarse, pero no garantiza nada y no debería pesar más que el caso fundamental que sostiene la parte alta del índice.
3. Productividad en EE. UU.
No hace falta que yo te diga que hay una brecha notable entre el mercado laboral y el PIB. Creo que esto será una característica estructural de la economía, no una anomalía.
Antes incluso de que la IA empiece realmente a tener impacto, destaca un hecho: en los cinco años previos al COVID, la productividad estadounidense crecía en torno al 1,5 %; desde el COVID, ha crecido cerca del 2,0 %.
4. La Fed
Una versión simplificada de hacia dónde vamos: la tasa de fondos federales está hoy en 3 7/8 %. El consenso general asume que el nivel neutral está cerca del 3 %.
Como se ha mencionado, todos están justamente preocupados por el mercado laboral, y es probable que el próximo presidente de la Fed sea más dovish que el actual.
Por lo tanto, la apuesta lógica es que lleguemos a una tasa terminal del 3 %, más temprano que tarde.
Dadas las dinámicas actuales de salarios, vivienda y gasolina, no creo que la inflación sea un obstáculo real para ese escenario (ni lo reflejan las expectativas de inflación implícitas en los TIPS, que se mantienen en un rango lateral desde hace tres años).
5. Resultados del 3T
Casi dos de cada tres compañías del S&P 500 han superado las estimaciones finales por más de una desviación estándar.
Esto es objetivamente excelente, pero la reacción del mercado ha sido tibia, y las sorpresas positivas no fueron recompensadas.
Sospecho que esto se debe a una cuestión de magnitud: a pesar del número elevado de empresas que baten expectativas, el conjunto del índice muestra un crecimiento del BPA del 9 % interanual.
Es un resultado sólido, pero tras tres trimestres consecutivos de crecimiento de dos dígitos, el 3T ha sido menos impresionante.
No es una mala noticia, solo menos espectacular que la tendencia reciente. Y, vale la pena mencionarlo, el 19 de noviembre se conocerá un dato muy relevante.
6. Flujos de fondos / posicionamiento
Salvo que se rompan niveles técnicos a la baja que activen ventas sistemáticas (CTA triggers), no hay mucho nuevo que añadir aquí.
Depende del enfoque, pero en general la comunidad de traders —profesionales e inversores minoristas agresivos— tiene bastante exposición al riesgo.
Según el análisis interno de Goldman Sachs, marcaría esa exposición en +6 o +7 (en una escala donde la posición neutral es 0).
Por eso, días como ayer se sienten, ya que los participantes reducen riesgo táctico.
Dicho esto, sigo creyendo que los factores técnicos son netamente positivos a corto plazo: los hogares y las empresas estadounidenses están comprando acciones, y eso debería mantenerse en el corto plazo.




