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Comprometida como compañía cotizada con el logro de la neutralidad de carbono de aquí a 2030, M&G también desea, como gestora, animar a otros actores económicos a respetar el Acuerdo de París. Esta es una misión que requiere un diálogo más íntimo con las compañías en cartera, nos explica Kelly Hebert, Directora global de distribución ESG en M&G
En tu opinión, ¿de qué modo contribuye una gestora de activos a la transición energética?
El Acuerdo de París puso de relieve la necesidad de limitar el calentamiento global a menos de 2 °C respecto a los niveles preindustriales, e idealmente a 1,5 °C. Esto implica que los agentes económicos deben alcanzar la neutralidad de carbono de aquí a 2050. Una solución para las gestoras es invertir en compañías ya alineadas con este imperativo y excluir a otras de sus carteras, pero ello significa concentrar capital en un pequeño número de empresas y no preocuparse por las demás. En M&G creemos que ser un inversor responsable requiere prestar atención a estas últimas: al fin y al cabo, contribuiremos en mayor medida al objetivo establecido en el Acuerdo de París animando a una compañía con emisiones de carbono elevadas a cambiar sus prácticas que ayudando a una empresa ya loable a serlo todavía más. Este es el motivo por el que hemos decidido retirarnos del sector del carbón, pero antes de excluir a estas empresas de nuestros fondos nos proponemos dedicar un tiempo a convencerlas de que cambien. Así, dialogamos con participadas con una exposición elevada al carbón térmico a fin de comprender sus planes para abandonarlo gradualmente de cara a 2030 en el universo desarrollado y a 2040 en mercados emergentes. Las que no estén alineadas con nuestra postura sobre este combustible fósil serán candidatas de desinversión a partir de 2022 en los países desarrollados y 2024 en los emergentes.
¿En qué consiste este compromiso?
En M&G creemos que no basta con plantear una cuestión no financiera durante una reunión con la dirección de una compañía para instarla a que se esfuerce por solucionarla. Nuestro compromiso pasa por la definición de un objetivo claro (como la inclusión de un objetivo de sostenibilidad en la estrategia o la divulgación de datos), la implementación de una medida específica y la evaluación del resultado obtenido. Interactuamos con la empresa bilateralmente o a través de coaliciones de inversores. Somos miembros fundadores de la iniciativa Acción por el clima 100+, que actualmente representa un 40% de los activos globales. En 2020 celebramos 1866 entrevistas con compañías en nuestras carteras de renta variable y 464 con emisores en nuestras carteras de renta fija. Durante ellas identificamos las principales cuestiones tratadas mediante etiquetas, con ejemplos como #calidaddelaire, #gestiónenergética, #gasdeefectoinvernadero, #gestiónhídrica o #residuos entre los temas que abordamos para el pilar medioambiental. Este sistema permite a nuestros gestores y analistas identificar rápidamente los temas y cuestiones que rodean a una empresa. También hacemos oír nuestra voz como accionistas: en 2020 asistimos a 2029 juntas generales, en un tercio de las cuales votamos en contra de una o más resoluciones presentadas. Si no vemos avance alguno tras tomar todas estas medidas, podemos optar por liquidar nuestra posición en la compañía.
¿Podrías darnos ejemplos concretos de vuestro activismo?
En el ámbito climático todavía nos preocupa Shell, que pese a señales de liderazgo inicial ha tardado más que otras empresas en detallar suficientemente su estrategia de alineamiento con el Acuerdo de París. En cambio, hemos tenido más éxito con BP, otro grupo gasista y petrolero con el que llevamos mucho tiempo interactuando en el marco de la iniciativa Acción por el clima 100+, colaborando con su equipo directivo para reforzar la estructura en torno a su estrategia de cero emisiones netas. En el caso de la compañía química alemana BASF, queríamos que se comprometiera a un objetivo de neutralidad de carbono de cara a 2050, que fijara hitos intermedios de base científica y que mejorara su transparencia. Estos esfuerzos han dado fruto recientemente: BASF anunció en marzo su intención de reducir sus emisiones en un 25% en términos absolutos de aquí a 2030.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero.
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente.
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