Un fondo de inversión es una entidad formada para reunir el dinero de los inversores y comprar de forma conjunta activos como acciones, bonos o bienes inmuebles. Así, un fondo de inversión inmobiliaria busca realizar inversiones en activos inmobiliarios a través de la adquisición de diferentes activos, ya sean REITS, hipotecas o las propiedades directamente. Conoce sus característica y particularidades.
Los fondos de inversión inmobiliaria comparten varias similitudes con los REITs (Real Estate Investment Trust) en el sentido de que ambos son fuentes vehículos de capital con el objetivo de invertir en bienes inmuebles.
Sin embargo, hay algunas diferencias clave entre ellos: los REITs son sociedades que deben distribuir el 90% de sus ingresos a los accionistas para mantener sus ventajas fiscales, mientras que los fondos inmobiliarios no tienen que cumplir esas norma concreta, por lo que pueden obtener rentabilidad para los inversores a través de la revalorización de las participaciones y no solo a través del pago de dividendos.
Existen tres tipos principales de fondos de inversión inmobiliarios disponibles para los inversores:
- Fondos de inversión inmobiliaria: Los fondos de inversión (centrados en el sector inmobiliario o de otro tipo) son vehículos de inversión gestionados por profesionales. Estas entidades gestoras de estos vehículos invierten el dinero de los inversores en una cartera diversificada de activos, incluidos REITs y otras empresas relacionadas con el sector inmobiliario y la tenencia de bienes inmuebles. La mayoría de los fondos de inversión inmobiliaria están abiertos a todos los inversores, siempre que cumplan el requisito de inversión mínima.
- Fondos inmobiliarios cotizados (ETF): Los fondos son vehículos de inversión de gestión pasiva. Estos fondos siguen un índice que permite a los inversores obtener una rentabilidad equivalente a la del mercado. Los ETF inmobiliarios están abiertos al público y cotizan en las principales bolsas de valores y suelen contener posiciones en REITS principalmente.
- Fondos de capital privado inmobiliario: Los fondos de capital privado se gestionan activamente y se dirigen principalmente a inversores institucionales e inversores acreditados. Al tener mayor iliquidez que las otras do alternativas y horizontes de inversión más largos su entrada está más regulada para el pequeño inversor.
Particularidades de los fondos de inversión de viviendas
Utilizar fondos para invertir en bienes inmuebles tiene muchas ventajas. Algunas de ellas son:
- Diversificación: La mayoría de los fondos de inversión inmobiliaria ofrecen a los inversores una amplia exposición al sector inmobiliario. Suelen tener muchos tipos de activos y propiedades o invertir en varios REITs diferentes. Esta diversificación ayuda a reducir el riesgo, aunque también puede reducir el potencial de rentabilidad del inversor.
- Una cantidad mínima inicial más baja: La mayoría de los fondos inmobiliarios tienen umbrales de inversión inicial relativamente bajos (no mucho más de 100 euros para la mayoría de los ETF inmobiliarios). Esto proporciona a los inversores una entrada al mercado con más facilidad que invirtiendo directamente en una propiedad física directamente.
- Inversión pasiva: Si bien los bienes inmuebles permiten a los inversores generar ingresos pasivos a medida que los inquilinos pagan el alquiler, ser propietario requiere una gestión activa. Por otro lado, los fondos inmobiliarios son inversiones donde el partícipe no necesita dedicar tiempo a la gestión, los gestores de cada REIT o empresa que compone el fondo son los encargados de la gestión de las propiedades.
Pasos para invertir en fondos de inversión inmobiliarios
Los fondos de inversión inmobiliaria son una gran herramienta para los pequeños inversores que no pueden invertir directamente en el sector inmobiliario. Dichos inversores pueden exponerse al sector a través de cantidades más pequeñas y a la vez ser recompensados con buenas rentabilidades a largo plazo, ya que profesionales y expertos gestionan estos fondos.
Los fondos inmobiliarios también les permiten diversificar entre propiedades, mientras que las inversiones inmobiliarias directas sólo permiten la compra de una o dos propiedades. Es importante tener en cuenta que el rendimiento global de cada inversión depende de factores como las condiciones del mercado inmobiliario, los tipos de interés, la oferta y la demanda de espacios residenciales y comerciales, etc.
Para invertir en fondos inmobiliarios deberemos primero elegir que tipo de fondo queremos. Si optamos por un fondo privado, deberemos buscar la gestora que vaya a gestionar el fondo, revisar los requisitos mínimos de entrada y contratarlo directamente con ella.
Si buscamos un fondo de inversión abierto, podemos contratarlo en la propia gestora del fondo o en plataformas que agreguen fondos de inversión de gestión activa, en un proceso sencillo y con requisitos mínimos.
Por parte de los fondos cotizados (ETF), el proceso es similar a la compra de una acción en bolsa. Para ello deberemos seguir los siguientes pasos:
- Abrir una cuenta en un bróker online
- Buscar el ETF inmobiliario que queramos
- Realizar el depósito y cursar la orden de compra
- Revisar nuestra posición periódicamente, así como el cobro de dividendos