El mercado de futuros es una parte muy importante de los mercados financieros. Debido a su naturaleza, el mercado de futuros es una herramienta brillante para reducir el riesgo de las inversiones, o para beneficiarse de los movimientos de los productos, muchos de ellos determinados por factores como el clima, la deuda o la producción.
En este artículo vamos a ver qué son los futuros y cómo funciona este mercado para que puedas tomar mejores decisiones de inversión o cubrir el riesgo de aquellas que ya tienes.
Qué es el mercado de futuros y para qué sirve
Un contrato de futuros es un tipo de acuerdo entre dos partes interesadas, el comprador y el vendedor del contrato, en el que se pacta un precio para la compraventa de un determinado activo en una fecha futura. Ese activo puede ser la soja, el café, el petróleo, una determinada acción, un ETF, una criptodivisa y muchos otros. El comprador del contrato de futuros se compromete a hacer efectiva la compra del bien en cuestión en la fecha acordada, así como el vendedor se compromete a entregar la cantidad del bien en la misma fecha.
En el mercado de futuros encontramos dos tipos de operadores principales, las empresas que buscan la entrega física del bien (productores, mayoristas…), como aquellos que no buscan la entrega del bien, sino utilizar el contrato de futuros para obtener una plusvalía, los inversores.
El petróleo, por ejemplo, es una materia prima que puede negociarse en contratos de futuros. Los inversores también pueden negociar contratos de futuros del S&P 500, un ejemplo de inversión en futuros sobre acciones.
Para aquellos que realmente buscan la entrega física de la mercancía (como los productores de materias primas), un contrato de futuros reduce el riesgo de que el precio en el momento de la entrega sea demasiado bajo
Funcionamiento de la inversión en futuros
Los contratos de futuros permiten asegurar un precio concreto y protegerse contra la posibilidad de que se produzcan oscilaciones bruscas de precios (al alza o a la baja) en el futuro.
Para ver el caso más paradigmático de los contratos de futuros, vamos a ver como un productor de trigo trata de asegurarse un precio de venta para la producción de la próxima temporada o cómo un fabricante de pan trata de asegurarse un buen precio de compra de la materia prima, para prever la cantidad de pan que va a poder fabricar con el trigo, además del beneficio que puede llegar obtener.
En este caso el agricultor y el fabricante de pan firmarán un contrato de futuros para comprar y vender el producto en cuestión. Es una posición corta (venta del contrato) para el agricultor de trigo y una posición larga (compra del contrato) para el panadero.
– El agricultor venderá un contrato de futuros para asegurarse un precio estable de su trigo y se protegerá de una caída brusca de los precios.
– El panadero comprará ese mismo contrato de futuros para evitar un aumento inesperado del precio, comprometiéndose a comprar una cantidad determinada de trigo para su entrega en una determinada fecha a un precio fijado hoy.
– Ambas partes acuerdan las condiciones específicas: Comprar (o vender) 1 tonelada de trigo, entregándolo en 90 días, a un precio de 150€ por tonelada.
En este ejemplo, ambas partes buscan cubrir riesgos, son empresas reales que necesitan intercambiar la materia prima subyacente porque esa es la base de su negocio. Utilizan el mercado de futuros para gestionar su exposición al riesgo de variación de los precios.
Pero no todo el mundo en el mercado de futuros busca intercambiar un producto en el futuro. Hay muchos inversores que buscan obtener beneficios con las variaciones de precios del propio contrato. Si el precio del trigo sube, el contrato de futuros vale más en el mercado y el dueño de ese contrato puede venderlo por un precio mayor. Los inversores pueden comprar o vender contratos de futuros sin intención de recibir la mercancía subyacente; sólo buscando obtener beneficios con las variaciones de los precios.
Características del mercado de futuros
Dada la cantidad de actores diferentes en el mercado de futuros, éste es un mercado con mucha liquidez, existiendo contratos para activos distintos que nos pueden servir en multitud de escenarios posibles. Por ello, es interesante conocer las características de los mercados de futuros, presta atención:
- El inversor de futuros puede hacer la venta en un futuro sin haberlo adquirido antes.
- Posee un cotización del activo subyacente
- Se deben aportar garantías de mercado como un importe.
- Se realizan en mercados organizados
- Poseen condiciones estandarizadas asociadas a su importe nominal, objetivo y fecha de vencimiento.
Las materias primas, como el petróleo, el maíz o el trigo representan una gran parte del mundo de la inversión en futuros, pero no son todos. Existen contratos de futuros para acciones, ETFs, bonos e incluso para el bitcoin. Algunos inversores operan con futuros porque pueden tomar una posición sustancial (la cantidad invertida) mientras ponen una cantidad relativamente pequeña de dinero en efectivo. Eso les da un mayor potencial de apalancamiento que la tenencia directa del activo subyacente.
Una de las aplicaciones más comunes de los futuros trata de cubrir la exposición a las acciones de una cartera, por ejemplo, teniendo una cartera con un gran peso de acciones que coticen en el S&P500. Se puede vender un contrato de futuros sobre este índice, y si este cae la venta del futuro nos dará unas ganancias con las que podremos compensar las pérdidas de nuestra cartera. Al ser un instrumento apalancado, dedicando tan solo un porcentaje de nuestra cartera podremos cubrir este riesgo de forma suficiente.
Para decidir si los futuros merecen un lugar en tu cartera de inversiones, ten en cuenta lo siguiente:
Los contratos de futuros se pueden comprar y vender fácilmente en las bolsas la más importante para los futuros es la de CME de Chicago). En cada contrato, encontraremos especificados los detalles, desde la cantidad de producto hasta el precio específico por unidad, así como la fecha y el método de entrega (si es con entrega física o se liquidará en efectivo)
Pero casi todos los contratos de futuros terminan sin la entrega de la mercancía física, liquidándose en efectivo, pero antes de comprar un contrato de futuros revisa los detalles específicos.