Uno de los productos más recomendados para el ahorro y la inversión al mismo tiempo son los fondos de inversión. Cuando nos decidimos a invertir, puede que nos surja la famosa pregunta, ¿cuál es la cantidad mínima con la que debo empezar?.
A lo largo del tiempo, la sociedad ha creído que la palabra inversión, es sinónimo de ser adinerado, es decir, que se necesita una gran cantidad de dinero para invertir. Si nos situamos en la realidad, no se necesitan cantidades fuera de lo común para iniciar una inversión, y más en este tipo de productos como son los fondos de inversión.
Las típicas excusas que se utilizan como “no tengo suficiente dinero” o “quiero tener mi dinero a mano” se quedan un tanto obsoletas frente a este tipo de vehículos de inversión, puesto que tienen bastante liquidez, además de ofrecer unos mínimos de inversión generalmente bastante bajos.
¿Cuánto dinero debo invertir en un fondo de inversión?
Las gestoras de fondos de inversión son las que deciden los mínimos de entrada para acceder a su fondo, y generalmente, las cantidades más comunes son de 200€ o 1000€ cabiendo la posibilidad de entrar en algunos fondos con un mínimo de 10€. La barrera de entrada ya no es un inconveniente, de esta manera la barrera de acceso a la inversión en fondos, se desvanece.
Eso en las aportaciones iniciales, para las siguientes, no existe un mínimo de inversión, lo que favorece las aportaciones periódicas.
Una de las características principales de los fondos de inversión es el hecho de ser un producto flexible, debido a la gran variedad de fondos a elegir con diferentes mínimos de entrada, distintos niveles de rentabilidad-riesgo, así como distintas filosofías de inversión, Es un vehículo de inversión que podemos adaptar a cualquier perfil, incluso con poca capacidad económica.
Posiblemente os suene hablar del famoso interés compuesto , pues bien, éste tipo de interés es clave en las estrategias utilizadas en fondos de inversión, ya que multiplicará el valor de nuestra inversión de una forma casi exponencial.
El interés compuesto, funciona como una bola de nieve que dejamos caer por la ladera de una montaña nevada. Al principio, cuando dejamos caer la bola, su tamaño es bastante pequeño por lo que cogerá pocos copos de nieve y crecerá muy poco a poco, pero al comenzar a rodar se le va adhiriendo más y más nieve, de tal forma que cada vez la bola es más grande. El tamaño de la bola de nieve es proporcional a su capacidad de crecimiento, ya que al tener más superficie de roce, más cantidad de nieve se le podrá sumar a su masa. Entonces, el potencial del interés compuesto es prácticamente exponencial.
Los fondos de inversión se benefician por este tipo de interés, que seguramente si no conocías, te habrá abierto los ojos como me los abrió a mi cuando mi tío me lo explicó. La rentabilidad generada por los fondos de inversión se vuelve a reinvertir en el fondo, de lo contrario no surtirá el efecto del interés compuesto.
Imaginad que a la bola de nieve que lanzamos colina abajo fuéramos ayudándola poco a poco sumándole pequeñas porciones de nieve a medida que baja, ¿Qué pasaría? pues que su crecimiento se vería acelerado consiguiendo cada vez más rápido aumentar su superficie de rozadura, lo que se traduce en un incremento del crecimiento con el paso del tiempo mucho mayor. Pues de esto tratan las aportaciones periódicas a un fondo de inversión. Además de una aportación inicial, en los fondos de inversión es recomendable realizar una serie de aportaciones a lo largo de su vida para ir incrementando su crecimiento, como con la bola de nieve.
La combinación del interés compuesto con las aportaciones periódicas a largo plazo es sinónimo de fortuna, no te puedes hacer una idea de lo que puede llegar a crecer tu fondo de inversión utilizando esta estrategia. La importancia de las aportaciones periódicas es vital. El interés compuesto potencia la inversión, pero es que las aportaciones periódicas la multiplican. Con las aportaciones periódicas, generaremos un hábito de ahorro que nos ayudará a largo plazo con la gestión de nuestro capital.
En definitiva, lo que quiero expresar en este artículo es que realmente los mínimos de entrada a los fondos de inversión pueden ser cantidades accesibles a todo ahorrador dependiendo del fondo que elijamos. Es más, la aportación inicial a un fondo de inversión no determinante, si que lo son las aportaciones periódicas. Mi recomendación es la siguiente, dejaría de preguntarme qué mínimo invierto en un fondo para comenzar a plantearme: ¿Con qué cantidad y plazos voy a realizar mis aportaciones periódicas?.