Cada vez son más las ganas de invertir a medida que pasa el tiempo y se va perdiendo el “miedo a la inversión”. Gracias a esto se ha popularizado entre la sociedad dos productos: acciones y fondos de inversión. Dos formas de invertir muy diferentes la una de la otra. En este artículo os contamos de qué tratan estos productos para que puedas decidir cual es el que más se adapta a ti.
Diferencias entre acciones y fondos de inversión:
La principal diferencia que distingue estas dos modalidades es la capacidad de decisión que tenemos a la hora de elegir los activos en los que invertir. A esto le llamamos inversión directa e indirecta. Las acciones se clasifican dentro de la inversión directa porque somos nosotros mismos los que afrontamos la decisión de su compra. Para los fondos de inversión es la sociedad gestora quien elige qué activos van a formar la cartera, por eso se le llama inversión indirecta.
Diversificación
Un fondo de inversión abarca mucho más terreno de mercado debido a que tiene una cartera que puede estar formada por diferentes tipos de activos, además de acciones. Entonces, al suscribir un fondo, no solo estás invirtiendo en varios activos, si no además protegiéndote frente al riesgo de pérdida.
Seguro que has escuchado “no pongas todos los huevos en la misma cesta”, a esto es a lo que se refiere. Cuando adquirimos solamente una acción, nos enfrentamos a un riesgo bastante grande, de tal manera que si dicha acción baja, perderemos si o si, pero…si tenemos una cartera o un fondo compuesto por 10 activos, por ejemplo, ¿no crees que es bastante difícil que pierdan los 10 a la vez?.
Rentabilidad
Las acciones en general son mucho más volátiles, es decir, sufren unos altibajos mucho mayores que los fondos de inversión, por lo que suelen ser un tipo de inversión mucho más arriesgada a la par que rentable. No obstante, la rentabilidad de las acciones está ligada al rendimiento de la empresa, por lo que si la empresa baja, la acción lo hará en la misma proporción. No por ello, todas las acciones van a ser más rentables que los fondos de inversión, siempre dependerá de qué acciones vamos a elegir y en qué momento las elegimos.
Tiempo y conocimientos
Como he mencionado anteriormente, un fondo de inversión lo respalda un equipo de gestores que se encarga de elegir los activos que van a componer la cartera, proporcionando transparencia al cliente. No quiero decir que elegir un fondo no requiera de tiempo ni conocimientos, pero sí es verdad que se necesita mucho menos tiempo comparado con la elección de una acción. Al fin y al cabo, tú mismo puedes adquirir una acción, con tus propios conocimientos, pero seamos realistas, siempre será mejor depositar tu confianza en analistas que se dedican profesionalmente a ello, una cosa si es verdad, como te salga bien el tiro tendrás mucha más rentabilidad que el fondo de inversión.
Costes
En lo relacionado a los costes, un fondo de inversión puede beneficiarnos bastante, aunque también depende de la estrategia de inversión. Por ejemplo, a largo plazo, una acción frente a un fondo no sale tan caro, y más si nos proporciona dividendos, porque solo pagamos una comisión por compra (y comisión por venta en el caso que la vendamos). En los fondos de inversión, tenemos libertad total al traspasar nuestro capital a otro fondos. No obstante, existe una comisión de gestión que es la que remunera a la gestora del fondo para que puedan mantenerlo. Con el pago de una sola comisión (que resulta un tanto invisible de cara al inversor, ya que esta comisión se carga directamente contra el patrimonio que haya acumulado en el fondo) obtenemos una cartera de diferentes activos. En resumen diversificación por poco precio.
Hablando de inversiones a corto plazo, ya es otro tema, para sacar rentabilidad con las acciones a corto plazo y tener movimientos continuos en nuestra cartera debemos disponer de un buen capital, de lo contrario las comisiones de compra venta nos comerán vivos.
Fiscalidad
Encontramos una diferencia importante cuando hablamos de impuestos. Los fondos de inversión tienen libertad de traspaso entre ellos, lo que quiere decir que el pago de impuestos se difiere. Además, éstos sólo tributan en el momento de reembolso del fondo, por las ganancias obtenidas, no por la totalidad del capital, es decir, solo pagas por lo que ganas, o desde otro punto de vista: No pagamos, solo ganamos un poquito menos. Con las acciones no podemos diferir el pago de impuestos, siempre que compremos o vendamos vamos a tributar.
Conclusión
En resumen, no hay activos perfectos en sí mismos, pero sí que lo pueden ser para cada persona. Por ejemplo, los ETF’S son vehículos de inversión mixtos entre una acción y un fondo de inversión basado en un índice de referencia, quizás te interese conocer más acerca de ellos. Al pensar en invertir en acciones o fondos de inversión debemos plantearnos principalmente si disponemos del tiempo y los conocimientos necesarios. Desde zonavalue te proporcionamos una amplia formación, para que tomes las mejores decisiones.