Los cetes aunque menos conocidos que los fondos de inversión, son también una buena idea que elegir a la hora de realizar una inversión. Dos instrumentos diferentes en los que depositar nuestro dinero, en este artículos te desvelamos las diferencias.
¿Qué son los fondos de inversión?
Los fondos de inversión son instituciones de inversión colectiva en el que los inversores suscriben al fondo, para que la gestora invierta el capital en diferentes tipos de activos, según la filosofía y estrategia que tenga la gestora fundadora del fondo.
¿Qué son los cetes?
Los cetes son un tipo de activo también llamados certificados de la tesorería. Son emitidos en forma de deuda por el gobierno federal de México. De forma básica, los cetes son préstamos de dinero al gobierno de México a cambio de obtener una plusvalía dentro de un plazo determinado, que se encuentra entre los 28 días y los 12 meses. La rentabilidad que nos ofrecen los certificados de la tesorería, la sabemos de antemano antes de realizar la inversión y por normal general cuanto más largo sea el plazo del CETE, más rentabilidad nos ofrecerá.
Diferencias entre cetes y fondos de inversión:
Os habréis podido percatar que los fondos de inversión son una cesta formada por diferentes activos, y que los cetes son uno de estos activos en los que un fondo podría invertir su dinero. Vamos a poner un ejemplo: Para fabricar un coche, necesitamos de varias piezas que funcionen en concordancia para que éste pueda cumplir con su misión, pues bien, un CETE podría ser una de las piezas del coche, mientras que el fondo de inversión sería el coche en su conjunto. Un fondo de inversión puede integrar cetes en su cartera de inversión, por lo que según el fondo que elijamos podremos estar invirtiendo también en cetes.
El tipo de renta en la que se clasifican estos dos productos también es un factor diferencial. Como he dicho antes, los certificados de tesorería cuentan con una rentabilidad que no varía y que conocemos previamente a realizar la inversión. Con los fondos de inversión la rentabilidad que vamos a obtener es invisible al inversor, además de poder variar en el tiempo dependiendo del rendimiento que obtenga el fondo. En resumen, los cetes se catalogan como renta fija, y los fondos de inversión como renta variable.
Si hablamos de liquidez, los fondos de inversión salen ganando gracias a la posibilidad que nos ofrecen de reembolsar el dinero invertido en un plazo de 3 días hábiles, no obstante, aunque con los certificados de la tesorería no podamos contar con el dinero hasta acabado el contrato, nos ofrecen contratos a muy corto plazo empezando desde los 28 días hasta los 12 meses, por lo que nos ofrecen plazos de inversión enfocados a aquellos inversores que no quieren exponer su capital a más allá de un año. Para aquellos inversores que deseen enfocar su inversión a más largo plazo, los fondos son una mejor opción, si que es cierto que con los CETES tenemos la posibilidad de volver a invertir el capital en otro cete una vez finalizado el contrato, pero para una estrategia a largo plazo, realizar aportaciones periódicas a un fondo de inversión es más interesante.
El nivel de riesgo que obtenemos con la inversión en un certificado de la tesorería es prácticamente nulo, ya que es el gobierno federal de México el encargado de devolvernos el dinero y difícilmente no va a pagar un gobierno. El perfil de riesgo al que está equiparado un fondo de inversión es bastante flexible al poder elegir el fondo adaptando al perfil de rentabilidad-riesgo que podamos sostener. Por lo que el riesgo de inversión y la rentabilidad de un fondo dependen mucho del fondo que elijamos.
Conclusión: son dos productos muy diferentes entre sí, cada uno adaptado a un perfil de inversión particular. La inversión en estos dos productos dependen mucho del perfil del inversor que seamos, de los niveles de rentabilidad-riesgo que podamos permitirnos y de los plazos de inversión en los que queramos situarnos.