Si te digo que Google cotiza a 22,76 veces ebit y tiene unos retornos medios impresionantes de un 26,85, puede ser que te interese la empresa o que no, y que veas pros y contras de invertir en ella.
¿Pero y si te digo que la gente que trabaja en Google va a trabajar con la idea de cambiar el mundo, y que la cultura de esta empresa está más cerca de la de una universidad multirracial de grandes mentes que dedican horas a soñar y hacer realidad estos sueños que de las empresas que todos conocemos, entretenidas en sus líos de poder y falta de talento? ,¿Y si te digo que Google, más que una empresa es una filosofía de vida?
Entonces supongo que prestarás más atención, pues entenderás que en Google sucede lo que sucede con muy pocas empresa en el mundo, qué ademas de ser una maquina de hacer dinero es, para muchos, el camino a una nueva forma de entender las cosas.
Pero todo esto no lo verás en tu ordenador aunque utilices Google constantemente. Lo verás cuando, con el bagaje de hacer visitado muchas empresas, te acerques a Mountain View
Google. Mountain View. El paraíso de la innovación.
En principio, estoy de acuerdo, Mountain View no parece un pueblo muy diferente a cualquier otro de California. Calles anchas, edificios pequeños y aislados, y esa sensación que dan los pueblos de EEUU de estar hechos más para los coches que para las personas. Extensos barrios de casas y poco más, excepto por una cosa, nada mas dejas la 101 y entrar en el pueblo, empiezas a ver carteles de Google en muchos edificios.
Sigues conduciendo sin saber muy bien donde ir hasta que giras por Anphitheatre Pkwy, y allí aparecen los edificios de la sede central de Google.
En principio parece un campus universitario no muy diferente al Politécnico de Valencia. Edificios sueltos rodeados de césped con cafeterías por aquí y por allí, y mucha gente joven sentada en una u otra mesa tomando un café y charlando. Pero aquí se trabaja, y mucho.
He quedado con mi cita frente al edificio 43. Y desde allí nos dirigimos al edificio principal, en el trabajan Larry Page y Segei Brin, los fundadores de Google. En el hall, un tremendo comedor en el que caben cientos de personas y se sirve comida de diversas culturas, es donde los fundadores de Google dan una charla cada semana a sus empleados y se someten a sus preguntas. Una idea interesante, sin duda.
Sin embargo no es eso lo que me sorprende de Google sino otras cosas.
La primera es constatar algo que aquí es evidente. El foco de Google está puesto en el futuro y no en lo que va pasar en dos o tres años. Cultura de largo plazo, algo que hecho mucho de menos en muchas grandes empresas españolas.
La segunda. Google quiere crear ese futuro. Pudiera parecer que ya está todo hecho cuando la salir de Standford creas un mounstruo de empresa como esta. Nada de eso, lo mejor parece estar por hacer y ese espíritu , sinceramente, me conquista.
El ejemplo claro es Google brain.
Google Brain, Investigar para cambiar el mundo.
Google brain lo forman una amalgama de jóvenes de todas las culturas contratados a cientos con un solo objetivo, investiga en lo que deseen. Plena libertad. Y así, sobre todo matemáticos y ingenieros, investigan en lo que será nuestra vida cotidiana dentro de 10 ó 15 años
Sobre todo Reinforced learning. Inteligencia artificial, o cómo crear maquinas capaces de tomar decisiones entre diversas posibilidades, con conocimientos limitados, midiendo la incertidumbre, y teniendo en cuenta las recompensas a corto plazo pero también las recompensas a largo plazo mientras aprenden en el camino.
Arboles de decisiones que nos pueden llevar a una vía muerta o a la solución de un problema dado.
Pongamos un ejemplo.
Imaginemos un Médico y su paciente. El médico tiene unos síntomas encima de la mesa, y tiene que tomar una decisión. Si le ordena una prueba al paciente tendrá más información sobre su enfermedad, pero habrá incurrido en un coste. El medico puede decidir no hacer ninguna prueba, pero entonces carece de información clara para hacer un diagnóstico certero, mientras que si decide hacer una ¿qué prueba será la que le arroje mayor información en relación al coste?
Cuantas menos pruebas y mejores, más fácil y barato será para el hospital y el médico llegar a la solución.
Y todo ellos sin saber que hubiera pasado de haber tomado otro camino. ¿interesante no?
Este problema es aplicable a muchas cosas. Robots en el espacio que deben tomar decisiones con los datos que tienen, coches autónomos y un sin fin de otras aplicaciones.
En realidad se trata de copiar el proceso de toma de decisiones del ser humano eliminado de la ecuación las distorsiones emocionales, la influencia de la experiencias pasadas y la tendencia del ser humano a las recompensas de corto plazo.
Pues en esto y cosas similares y más complicadas trabajan cientos de personas en Google, con absoluta libertad como decíamos, y con muy poca supervisión , la necesaria para saber que están haciendo su trabajo.
Aunque me sorprende sobremanera esta actitud de la empresa, en realidad no debería sorprenderme tanto. Pues lejos de ser algo superfluo, este gasto es muy necesario, pues no solo Google sino todas las empresas se enfrentan a estos dilemas, el dilema de hacer un buen asset allocation de sus beneficios, algo en que lo que he visto a muchas empresas cometer grandísimos errores que se han pagado en el futuro y el dilema que se establece entre exploración o explotación .
Exploración-explotación. Un dilema empresarial en el que muchos fracasan.
Por explotación en este dilema se entiende lo siguiente:
tTenemos una empresa con diversos productos y servicios que funcionan, solo tenemos que seguir haciendo lo que sabemos hacer y explotar estos productos y servicios para generar beneficios.
Esto es lo que normalmente hacen las empresas,. Seguir un trabajo rutinario y simplemente hacer lo que toca hacer.
Y eso es en parte bueno y necesario. Supongamos un médico que opera o un piloto que maneja un 747. No les podemos pedir que innoven. sería un grave riesgo.
A estas personas se les pide que hagan lo que tiene que hacer, siempre igual y con el mayor standard de calidad.Lo mismos que a la persona que esta montando coches en una fábrica o haciendo Big Mac en un MacDonald.
Sin embargo, si la empresa se queda solo ahí, haciendo lo que sabe hacer, sus directivos se duermen y no destina recursos a innovar, (exploración), el mercado acabará con ella.
Hay muchos ejemplos de esto a lo largo de la historia. Nokia sería un ejemplo de este dilema mal resuelto, y pasó de líder a desaparecer. Pero también Olivetti o Blackberry.
Incluso en España empresas como el Corte ingles están pagando su éxito y falta de visión y foco puesto en el futuro, y están sufriendo la competencia de nuevas formas de hacer las cosas que ellos no han sabido crear y que ahora se afanan en intentar frenar. No se puede parar el futuro.
Un ejemplo interesante de lo contrario es Capital One, la empresa más innovadora de tarjetas de crédito, hace unos años todas las tarjetas de crédito eran más o menos iguales, hasta que llegó Capital One ofreciendo cientos de tarjetas diferentes.
Esencialmente hicieron de la empresa un experimento constante y probaron 45.000 nuevas cosas sólo en el año 2.000. Muchas de sus ideas fracasaron, obviamente, pero esa constante experimentación e innovación la han convertido en una empresa con 30 millones de cuentas de tarjetas de crédito.
Así funciona la innovación. hay que destinar recursos, hay que cometer muchos errores y hay que fracasar muchas veces. Al final es posible que se tenga éxito, pero este Juego no suele gustarle a muchos directivos acomodados.
En todo caso, tenemos dos fuerzas contrapuestas que son esenciales para que una empresa sobreviva, explotación, el hoy, lo que hoy sabemos que funciona y sabemos hacer, y exploración, el mañana, lo que debe hacer que la empresa sobreviva frente a los cambios y, si es posible, no solo sobreviva, los lidere.
Algunas empresas entienden este mensaje, como Google y destinan grandes cantidades de recursos al mañana. Otras no lo entienden, van detrás del mercado y se quedan ancladas en sus modelos de negocios, explotando la vaca hasta que se queda seca.
Un dato ilustra lo mal que este dilema se suele resolver en las grandes empresas. Solo seis compañías que formaban el Dow hace 40 años continúan hoy en él y la mayoría han muerto.
De todo esto debemos aprender mucho los que lideramos proyectos empresariales y, para mi ,un libro muy recomendable es este sentido es.
“Weird ideas that work” de Robert I. Sutton, Un profesor de Standford University.
De estas cosas en standford parece que saben algo.