Leo estos días que la inflación ha quedado en torno el 1,7% este año, que vivimos en un mundo de crecimiento sin inflación y que todo parece ir de rositas. Sinceramente, esto no es verdad, o dicho de otro modo, nada más lejos de la realidad.
¿La verdad? la inflación está ahí, la real, la que todos pagamos, ¿un ejemplo? Este 1 de enero sube las facturas del móvil, el gas, el agua, la gasolina y algunas cosas mas, y lo harán en entornos del 6%, 10%, 11%. El año pasado la luz subió un 10% y suma y sigue. Hagamos un sencillo ejercicio. ¿cuánto nos duraba en el bolsillo un billete de 50 euros hace unos años?, ¿y ahora?, Si, la inflación está ahí, cada día más encubierta, pero ahí.
No puede ser de otra manera, en economía no existen los milagros, y si imprimes dinero este, se quiera o no, vale menos. Y la cifra de impresión de dinero en los últimos años es a todas luces escalofriante. Los bancos centrales han impreso 22 trillones de dólares desde que empezó la crisis. Merril Lynch lo denomina “la supernova de liquidez” y 22 trillones no se esfuman así como así sin que nada pase.
Y lo que pasa son varias cosas.
Gobiernos y grandes corporaciones financiándose al 0%. Empresas Zombis que subsisten de refinanciaciones infinitas dejando a la economía huérfana de destrucción creativa, algo tremendamente importante como ya estableció Joseph Schumpeter en 1942, pues esta destrucción creativa es lo que permite una asignación de recursos eficiente, aumento de la productividad y finalmente creación de riqueza.
Muy interesante a este respecto leer el informe de la OCDE Breaking the shackles: zombie firms, weak banks and depressed restructuring in Europe, de los economistas Dan Andrews y Filippos Petroulakis, que muestra porqué en Europa nos cuesta tanto crecer.
Finalmente, a los políticos les da miedo el cambio, es mejor imprimir dinero y dar una patada hacia adelante, luego ya veremos. ¿las distorsiones que esto crea? Eso no importa.
Pero a nosotros sí nos importa, nos importan las burbujas y la inflación, dos de las consecuencias inevitables de la impresión desaforada de dinero, y nos importan porque afectan a nuestras decisiones de inversión.
La inflación: Como enfrentar un impuesto oculto
En los próximos años hablaremos mucho de burbujas y viviremos episodios de extrema volatilidad debido a ellas. Esto no puede ser de otra manera, pues es una consecuencia lógica e irrefutable de la impresión de dinero sin control.
Por otro lado la inflación, oficial o no, nos afectará sin duda de forma importante
Para enfrentar todo esto podemos adoptar dos fórmulas:
La primera es seguir viviendo y rezar para tener suerte y no caer presas de una burbuja perdiendo todo nuestro dinero, o ver, estupefactos, que nuestro poder adquisitivo ha desaparecido, pues nuestros ahorros han crecido pero muy por debajo de la inflación real.
Lamentablemente esto le pasa a muchos jubilados después de años duros de ahorro.
La segunda es tomar cartas en el asunto y concluir:
Para evitar burbujas:
- comprar activos reales
- comprar a buen precio
Para evitar la inflación
1.buscar rentabilidades superiores al 7%
Parece complicado pero no lo es tanto.
La solución, a mi parecer, la renta variable.
La renta variable es el activo más seguro y rentable a largo plazo, aunque parezca contraintuitivo. Así es y así lo explica muy bien Jeremy Siegel en su libro”Guía para invertir a largo plazo: La guía definitiva de estrategias que funcionan para ganar en bolsa”
Según sus datos la bolsa, SP500, obtiene un 6,6% de rentabilidad descontada al inflación en un período de 200 años.
El oro cubre la inflación a duras penas, el dólar pierde un 1,4% de su valor cada año, es decir, te hace perder un 1,4% de poder adquisitivo cada año, lo cual se convierte en un -25% al cabo de 20 años, gracias a capitalización compuesta, en palabras de Einstein, la fuerza más poderosa del universo.
Las materias primas bajan también, y la única clase de activos medio decente son los bonos (renta fija), pero queda lejos detrás de las acciones.
No se dejen engañar por los bonos. No son activos reales, son solo promesas de pago. Con lo cual, quedan fuera de nuestra cesta. Estudien la historia de España, México, Argentina y tanto otros países y verán que pasa con los bonos cuando las cosas van mal. Además, actualmente el mercado de bonos está totalmente distorsionado por las compras masivas de los bancos centrales, así que cuidado con ellos, darán muchas pérdidas en los próximos años.
Y no se dejen engañar tampoco con “descontada al inflación” pues la inflación oficial no refleja muy bien la realidad.
En todo caso, y contando con todo lo que ha pasado en el mundo en estos 200 años, invirtiendo en el SP500 y no haciendo nada más habríamos ganado dinero.
Habríamos doblado nuestro poder adquisitivo cada 11 años, (pongamos 20 si queremos ser conservadores con el tema inflación) y eso significa estar a salvo de todas las decisiones políticas y todas las burbujas habidas y por haber.
Y esto es así por algo muy sencillo. Cuando compramos acciones compramos empresas, activos reales, negocios de verdad que crecen con las economías y, mientras el mundo crezca, las empresas lo harán. Luego viene el ruido de mercado, la volatilidad que asusta y mucho, y las tentaciones en forma de boom inmobiliario, Bitcoin o cualquier otra fiesta que parece que nos estamos perdiendo. Pero son solo eso, cantos de sirena que no llevan a buen puerto.
Como dice Warren Buffett, la primera regla es no perder dinero, y eso solo se consigue teniendo muy claro como funciona el juego, comprando activos reales, de calidad y a precios razonables.
La renta variable bien entendida
Después surge otra pregunta.
Si podemos ganar con el sp500 un 6,6%. ¿no podremos ganar mucho más separando las buenas y malas empresas antes de invertir en las 500 más grandes y obtener no un 6,6% sino un 10% o un 20%?
La lógica es aplastante. El Sp500 engloba buenas y malas empresas, empresas con grandes fundamentales y empresas con fundamentales pobres y con poco futuro, solo separando aquellas que tiene buen fundamento para crecer de aquellas que no lo tienen nuestras posibilidades de obtener beneficios se multiplican.
Eso es claramente lo que pensaron los grandes inversores de la historia. Lo que pensaron y lo que hicieron. No solo Graham, sino, Buffett, Fisher, Lynch, Gabelli, Greenblatt, Carlisle, Tepper, Druckenmiller y tantos y tantos otros que han obtenido rentabilidades muy por encima del 10% anual en el mercado durante muchos, muchos años. Y cuando digo muy por encima del 10% me refiero a 30%, 40% e incluso 50%.
Saber como diferenciar las buenas empresas de las malas y establecer a partir de esta diferencia estrategias de inversión en uno u otro sentido, es básico para hacer una inversión de calidad, que nos permita obtener rentabilidades por encima del 10%, evitar el impuesto oculto de la inflación real sobre nuestras inversiones, estar a salvo de las burbujas y mantener e incluso aumentar nuestro poder adquisitivo.
Este es el secreto de una buena inversión y solo así estaremos a salvo de las decisiones económicas poco racionales pero muy políticas que se toman en detrimento de los ahorradores sin que ellos lo sepan.