Las criptomonedas son activos digitales que buscan garantizar su titularidad mediante el uso de cifrados criptográficos. Con este sistema, también se verifica la seguridad de las transacciones y se evitan copias o duplicados. De esta forma, en la actualidad, las monedas virtuales han adquirido una gran popularidad.
Este tipo de productos están funcionando como dinero digital. Es decir, es posible efectuar compras con criptomonedas en diferentes espacios y países. No obstante, como norma general, los usuarios las adquieren como una inversión y las venden con el paso del tiempo. Y, hasta ahora, no existe ningún tipo de institución que regule su uso o entidades que hagan de intermediarios.
A pesar de ello, han tenido una potencial expansión y han generado grandes ganancias. Por este motivo, la fiscalidad de los países se han adaptado a ellas y las han ido incorporando paulatinamente como una forma más de pago y consumo.
El marco legal actual con las criptomonedas
Alrededor del mundo, las criptomonedas se encuentran en diferentes situaciones legales según el país en el que se ponga el foco. En buena parte de estas regiones, no está prohibido expresamente su uso para realizar transacciones. Precisamente, es lo que ocurre con España, México o Estados Unidos.
Hay otro panorama legal en el cual es posible realizar transacciones comerciales siempre que no participen los bancos, lo que ocurre en zonas como Canadá o Colombia. Mientras, en regiones como Arabia Saudita o Vietnam está prohibido pagar con criptomonedas. Por último, son formalmente ilegales en un total de siete países, entre los que se encuentran China y Marruecos.
La fiscalidad de las criptomonedas
La fiscalidad está empezando a contemplar las criptomonedas, dadas las ganancias y pérdidas que estas pueden generar en los inversores. Es el caso de España, se incorporó la obligatoriedad de declarar las inversiones en criptomonedas en la Declaración de la Renta en el año 2021.
En este nuevo modelo, se incluye una nueva casilla para monedas virtuales y se exige que se detallen las ganancias en el apartado de “Ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de transmisiones de otros elementos patrimoniales”. Se deben realizar, concretamente, en la casilla [1626]. Las pérdidas también se pueden declarar para obtener deducciones, siendo algo optativo en este caso.
En el marco europeo, los países con una fiscalidad más atractiva para los inversores en criptomonedas son, actualmente, Portugal, Alemania y Suiza, ya que no obligan a declarar las ganancias. Hay otros casos en los que los negocios digitales empiezan a entrar en juego sin una línea clara respecto a las monedas virtuales. Es lo que ocurre con las Bermudas y su “Ley de Negocios de Activos Digitales”, que fue aprobada en el año 2018 y excluye el pago de impuestos por las criptomonedas.
Podemos afirmar que el panorama está cambiando en todo el mundo con la irrupción de estos nuevos activos. Al principio parecían una nueva tendencias, pero, finalmente, se han instalado como un nuevo producto de inversión más.
En la actualidad, la mejor forma de ponerse al día para hacer inversiones y conocer la realidad del mercado es formarse con un Máster en Finanzas que pueda ofrecer una mayor orientación sobre las finanzas del siglo XXI y sus diferentes tendencias. Entre los principales conocimientos que se imparten, se encuentran las criptomonedas y los nuevos conceptos de inversión.