Contratar a un profesional para tus finanzas y aprender a invertir puede ser crucial. Cuando empieces a buscar un profesional financiero, te encontrará con multitud de títulos, como asesores de inversión, gestores de carteras, planificadores financieros, gestores de patrimonio, gestores de activos, etc. Cada profesional tiene experiencia y herramientas para actuar en un campo concreto de tus finanzas, pero a grandes rasgos, estos profesionales se clasifican en dos grupos: gestores de carteras y asesores de inversión. Sigue leyendo y aprende a elegir un buen gestor de carteras y a identificar las características más interesantes de estos profesionales.
Los profesionales que trabajan como gestores de carteras y asesores de inversión ofrecen orientación y asesoramiento sobre diferentes temas financieros, sin embargo, una cosa que tienen en común es la gestión de las inversiones. Los asesores de inversión suelen agrupar a profesionales que pueden ayudarte con la gestión de tus inversiones, la planificación de tu jubilación, la gestión de tu patrimonio, la fiscalidad, etc. Por su parte, los gestores de carteras suelen centrarse más en ayudarte a invertir y gestionar tu cartera de inversión.
Qué es la gestión de carteras
Una inversor puede tener posiciones en multitud de compañías o instrumentos financieros diferentes, que a su vez conforman un término, la cartera de inversión. Con el fin de gestionar estas diversas posiciones de forma integrada y aumentar el retorno de la inversión (ROI) de la cartera, nació la gestión de carteras.
Esta herramienta pretende, mediante técnicas, conocimientos y acciones, agrupar la cartera de inversión de una persona u organización en una gestión global y personalizada. La gestión de la cartera de inversión va más allá de la selección o monitorización de las diferentes posiciones que se tienen al mismo tiempo. También requiérela adaptación al tipo de perfil, la volatilidad, el riesgo asumido y los objetivos financieros a corto, medio y largo plazo.
Así, podemos decir que la gestión de carteras tiene como objetivo agrupar las distintas inversiones que tiene una persona u organización para ser gestionados de forma conjunta, buscando mejorar la eficiencia y eficacia de esta. A través de este proceso, el gestor de carteras es capaz de verificar si un determinado instrumento financiero está cumpliendo con su objetivo dentro de la perspectiva global de la cartera y es beneficioso para el inversor, si la evaluación es negativa, es función del gestor tomar medidas y encontrar soluciones.
De forma resumida: una gestión excelente de la cartera de inversiones es aquella que garantiza el equilibrio entre las estrategias y las posiciones que componen la misma. Lo que se traduce en el cumplimiento de los objetivos del inversor a largo plazo.
Básicamente, podemos encontrar dos tipos de gestión de carteras que debemos conocer:
- Gestión activa de carteras:
La gestión activa de carteras implica que los gestores administran las inversiones de forma directa, a través de su experiencia, formación y análisis. El objetivo general de los gestores activos suele ser superar a un índice bursátil de referencia o adaptar la estrategia de inversión a un caso concreto en el que se busque una menor exposición a la volatilidad. Los gestores activos cobran un porcentaje sobre el total de la cartera gestionada que en ocasiones puede mermar mucho la rentabilidad total de la cartera si no logra los objetivos propuestos.
- Gestión pasiva de carteras:
Este tipo de gestión de carteras se realiza seleccionando grupos de inversiones que replican uno o varios índices bursátiles. El objetivo no es batir estos indicadores sino seguirlos de la forma más eficiente posible. Esta estrategia supone menores comisiones que la gestión activa pero no es una estrategia personalizada al nivel de riesgo o volatilidad que deseamos asumir.
Cómo escoger un gestor de carteras
Aunque la rentabilidad pasada no debe utilizarse como indicativo de la posible rentabilidad futura, sí proporciona a los inversores un criterio para saber cómo se ha comportado el gestor del carteras o de un fondo de inversión a lo largo de los años.
Hay que tener en cuenta que la rentabilidad debe medirse no en comparación con todos los mercados e índices de referencia, sino más bien con un índice concreto y con los gestores comparables. Si el fondo sigue un mercado o un activo concreto, está sujeto a riesgos y volatilidad específicos, que pueden no ser comparables con otros mercados o fondos.
Para verlo de forma resumida, podemos seguir 3 claves sencillas a la hora de escoger un gestor de carteras:
1-Evalúa sus resultados pasados
Elimina a cualquier gestor con resultados de rentabilidad inferiores a la media durante un periodo suficientemente largo. Unos buenos resultados en uno o dos años no son un historial suficiente, así que asegúrate de revisar los resultados de un gestor a lo largo de periodos de tiempo más largos y de una variedad de ciclos económicos y de mercado, por ejemplo 5 o 7 años. Así podrás determinar si este gestor ha generado buenos resultados una vez restamos los costes de su gestión para sus clientes.
2-Evalúa su proceso de inversión
Cuanto más conozcas el proceso de inversión y de toma de decisiones del gestor mucho mejor. Evalúa los factores clave que han hecho que haya obtenido estos resultados y el riesgo que ha asumido para ello. Puedes hacerte algunas preguntas, como: ¿Estos resultados dependen de una sola persona o es un trabajo en equipo? ¿Qué experiencia tiene el gestor? ¿El gestor hace su propio análisis? En el caso de los fondos de inversión, saber si el gestor invierte su propio dinero en el fondo suele ser de gran ayuda para evaluar su nivel de compromiso.
3- Evalúa la probabilidad de que estos resultados se sigan repitiendo
Pr último, debemos asegurarnos de que el track record del gestor sea sólido y pueda seguir repitiéndose. Una medida importante es saber si el gestor gestiona más fondos o carteras a parte de la que te interesa ¿Se centrara el gestor en nuestro fondo? ¿Siguen las mismas personas en el equipo que consiguió los resultados?