En términos de inversión la diversificación se puede efectuar mediante diferentes productos financieros como fondos de inversión, acciones, ETFs o depósitos bancarios y con varias técnicas u estrategias en base a tu perfil.
¿Por qué diversificar correctamente una cartera de fondos?
Diversificar. Es la palabra que más se repite cuando alguien se acerca al mundo de la inversión, sobre todo cuando trata de diversificar una cartera. Pero… ¿qué es diversificar? ¿cómo se hace? ¿es para ti?
La experiencia nos demuestra que la mayoría de las personas no tienen claros los conceptos básicos sobre la diversificación, sus efectos, o si es necesario para ellos. A lo largo de este post resolveremos estas dudas para así entender si necesitamos diversificar nuestra cartera y con qué nivel de intensidad.
¿Qué es diversificar una cartera de inversión?
Diversificar es añadir activos diferentes a la cartera con el objetivo de alterar (mejorar) la relación rentabilidad – riesgo de la misma a largo plazo.
La definición de diversificación nace de la idea de no concentrar todo el retorno y riesgo de la cartera en un único activo para así obtener una reducción del riesgo soportado sin alterar sustancialmente la rentabilidad a largo plazo. Existen diversos estudios académicos que han probado la eficacia de esta práctica, sobre todo en lo que a mejora de la relación rentabilidad-riesgo se refiere. No solo es algo académico dado que la experiencia práctica demuestra que funciona.
Más allá de los estudios, es algo lógico. Si tienes todo tu patrimonio en una única idea el riesgo es altísimo… mientras que si lo repartes entre 4 o 5 ideas, por similares que sean, se reduce mucho el riesgo (sobre todo porque “eliminas” el riesgo de pérdida total) mientras que en un escenario positivo obtendremos retornos bastante similares. Este concepto de diversificación se puede extrapolar a cualquier tipo de inversión y estrategia.
¿Cómo diversificar tus inversiones?
Antes de ver cómo diversificar paso a paso es necesario tener claro un concepto clave, la correlación entre activos.
La correlación es la base sobre la que gira la reducción del riesgo que conseguimos diversificando. Básicamente la correlación mide el grado de relación entre el comportamiento de dos activos. Si dos activos tienen una correlación cercana a 1 significa que se comportarán prácticamente igual. Si tienen una correlación sobre el 0 significa que no hay relación entre ellas, y si tiende a -1 significa que tienden a tener un rendimiento contrario (cuando uno sube, otro baja). La correlación es clave ya que mide la intensidad de la reducción del riesgo que aporta un nuevo activo a una cartera.
Como siempre, mejor que entrar en tecnicismos, veamos un ejemplo. Imagina que tienes una acción de un banco y quieres diversificar más tu cartera. Podrías añadir una acción de otro banco. Esto aportaría algo de diversificación pero sería muy limitada ya que existe una relación muy alta entre el comportamiento de acciones del mismo sector. Ambas acciones podrían subir o bajar a la vez con mucha probabilidad. En cambio, ¿qué pasaría si añadimos una acción de otro sector? ¿o una empresa de otro sector, país y capitalización? Lógicamente la probabilidad de que esas acciones se comporten igual es mucho más baja, por lo que la reducción del riesgo sería mucho mayor. Al estar más “descorrelacionadas”, el impacto en la reducción del riesgo es mayor.
Es vital para aprender a invertir entender que el impacto positivo de la diversificación está vinculada a la correlación entre los activos. Podemos tener una cartera con 20 productos y no estar nada diversificado o una cartera con 3 y tener una diversificación casi total.
Añadir más activos no aporta diversificación, añadir descorrelación es lo que aporta diversificación
Ray Dalio explicó muy bien este concepto con el siguiente gráfico:
En él podemos ver la reducción de la volatilidad que aporta una cantidad X de activos en función de su correlación. Lo primero es que llega un punto en el que añadir más activos no aporta nada, y la diversificación de la cartera es igual añadiendo 6 que 20 activos. Lo segundo es que añadir 3 activos con correlación 0 es infinitamente más eficaz que 20 con una correlación del 0,60.
Técnicas para diversificar tu cartera de inversiones
La diversificación correcta se centra en invertir en activos de características diferentes para compensar sus ratios de riesgos. En esta línea puedes diversificar en función de: las diferentes rentabilidades y riesgos, de las áreas geográficas o diferentes sectores.
Una vez tenemos esto claro debemos entender las diferentes formas de diversificación que clasificaremos en “mono-activo” o “multi-activo”, que dependen del perfil de riesgo y nivel de diversificación al que queramos llegar.
La diversificación “mono-activo” es el escalón más simple en la diversificación y es aplicable a las personas que tengan claro que quieren tener todo su capital en un único activo. Por ejemplo, encontramos personas que invierten solo en renta variable al considerar que es el activo más rentable a largo plazo.
Estos inversores siempre tendrán unos niveles de correlación elevados dado que, por mucho que diversifiques, al final la renta variable tiende a tener niveles de correlación altos, sobre todo en momentos de “estrés” en los mercados. Una diversificación “mono-activo” centrada en la renta variable tendrá que tener en cuenta los diferentes mercados, factores y temáticas disponibles para invertir.
Un ejemplo típico sería un inversor que solo tiene renta variable pero lo tiene todo en España o Europa (por no hablar del inversor que solo tiene en cartera las Santander, BBVA, Telefónica…etc). Podría diversificar fácilmente añadiendo productos de otros mercados, tamaños de empresa, inversión factorial, etc. Esta diversificación sería muy positiva en reducción de riesgo país y probablemente no perjudique en gran medida al rendimiento final. De hecho, en la última década hubiera aportado muchísima rentabilidad extra además de reducir el riesgo, el mejor de los mundos.
Un ejemplo de cartera diversificada “mono-activo” en renta variable tendría exposición variada entre regiones (USA, EU, Asia..), tamaño de empresas (Large, Mid, Small), estilos de inversión (Value, Growth, Momentum…), temáticas (Tech, Salud…), etc. Lógicamente no es necesario tener exposición a todos los mercados, pero sí debemos hacer el ejercicio de valorar qué mercados añadimos y cuáles no a la cartera.
En cambio, la diversificación “multi-activo” es lo que entendemos por diversificación real y la que proporciona mayor nivel de reducción de riesgo. Si tenemos una cartera solo con un tipo de activo es fácil que todo suba o baje a la vez… mientras que si tenemos 5 tipos de activos diferentes (con sus subactivos) será muy difícil que todo caiga a la vez, lo que dota de mucha estabilidad a la cartera. La diversificación “mono-activo” está limitada mientras que la “multi-activo” puede conseguir carteras realmente estables. De hecho, los fondos de retorno absoluto o con objetivo de obtener retornos positivos anuales suelen ser estrategias multi-altivo por esta razón.
Como podrás imaginar en las carteras “multi-activo” el nivel de complejidad puede ser infinito. Podemos añadir Renta Variable, Renta Fija, Materias Primas, Inmobiliario, Oro… y luego cada uno de los sub-activos dentro de cada gran categoría. En el siguiente artículo vemos algunos ejemplos de carteras diversificadas como el All Weather de Dalio o el Ivy Portfolio de Faber.
La parte negativa es que si añadimos activos, a priori, menos rentables que la renta variable nuestro rendimiento final se verá reducido en función del peso y cantidad de activos menos rentables que añadamos. Insisto, suponiendo que en ese periodo la renta variable sea el mejor activo, que eso no siempre es así.
Una vez tengamos claro el efecto de la correlación y el nivel de profundidad en la diversificación que queramos ya podemos trabajar la estructura de la cartera. Para ello es muy recomendable tener claro qué tenemos en la actualidad, por lo que un XRAY es fundamental para el análisis previo y posterior de las correlaciones. Desde ahí ya podemos buscar nuevos activos que añadir que aporten diversificación a nuestra cartera.
¿Es para ti la diversificación?
Aquí me salgo del consenso general en los profesionales y digo que la diversificación no es para todo el mundo. Te planteo lo siguiente:
- Si tienes claro que un tipo de activo será el más rentable a largo plazo y estás dispuesto a asumir las curvas del camino… ¿qué sentido tiene diversificar y ganar menos a largo plazo?
- Si tienes claro que un tipo de empresa o mercado será el que mejor se comporte… ¿para qué añadir otros que no te gustan?
- Si tienes claro que la RV EEUU es el mercado más rentable del mundo…¿para qué diversificar en otras acciones “menos rentables”?
- Si tienes claro que la tecnología se comerá al mundo… ¿para qué añadir sectores con menor proyección?
Como habrás notado solo hay un punto en común en estas preguntas y es… “si tienes claro que”.
La diversificación nos protege del mercado y de nosotros mismos. El mercado es incierto y quizá las cosas que ves con total claridad sean un absoluto desastre en el futuro. Quizá te equivoques totalmente en tus predicciones. Quizá luego no seas tan fuerte como pensabas y no seas capaz de aguantar ese -50% que solo sufrirás si no diversificas.
Quizá ese mercado que lo hizo tan bien en el pasado luego se tire 10 años sin generar rendimientos positivos. Quizá venga un ciclo bajista y tu apuesta por ese activo sea para echarse a llorar. O quizá aciertes y ganes un poco más que una cartera diversificada asumiendo un riesgo muchísimo mayor. Como verás hay muchas incógnitas.
La diversificación y su importancia nos protege contra la incertidumbre y reduce el riesgo en mayor medida de lo que lo hace el rendimiento. Esta es la clave de todo. Mejora la relación rentabilidad riesgo.
Pese a ello, a un inversor le puede dar exactamente igual el riesgo y querer únicamente invertir en lo que piensa que será el mejor activo. Si ese es tu caso, la diversificación no es para ti. Si no lo es, necesitas diversificar.
Como detalle, decir que no es lo mismo no diversificar a conciencia que no hacerlo por no ser consciente de su impacto en la cartera. Solo en el caso de que entiendas los pros y los contras de no diversificar estaría de acuerdo con hacerlo. En el resto, es una temeridad fruto del desconocimiento.
Conclusiones sobre la diversificación de un portafolio de inversión
La correlación es el eje sobre el que gira la eficacia de la diversificación, así como las relaciones entre los diferentes activos disponibles, y tener esto claro nos permitirá mejorar la distribución de nuestra cartera.
Desde aquí ya podemos determinar si la diversificación es o no para nosotros. No es para todo el mundo, pero sí para la mayoría. Sobre todo para aquellos que prefieren ganar un poco menos pero dormir mucho más tranquilos dado que esa es la esencia de una buena diversificación, ganar un poco menos (y a veces incluso ganar más…) a cambio de una reducción drástica del riesgo soportado.
Si no tienes claro cómo será el futuro y no eres inmune al riesgo, la diversificación es para ti.