Los ETF son aquellos instrumentos conocidos por tener unas características mixtas entre una acción y un fondo de inversión. La estructura de los etf es muy similar a la de un fondo de inversión, los dos tienen una cartera formada por activos. Los etf están basados en replicar a un índice, no obstante, también existen fondos de inversión indexados. La principal diferencia que encontramos en estos dos vehículos de inversión radica en que los etf cotizan en un mercado de valores y los fondos de inversión no. A su vez, los etf se comportan como lo haría una acción en cuestiones de fiscalidad y liquidez. Por lo que ofrecen toda la diversificación que nos proporciona un fondo con la flexibilidad que tienen las acciones para entrar o salir del mercado.
El etf es un instrumento de réplica, al igual que los fondos indexados. Lo que replica un etf es un índice de referencia. El etf puede replicar en mayor o menor medida un índice y, con replicar, nos referimos a que adquiere los mismos activos (no tiene por que ser todos) que el índice al que imita pero no en la misma proporción. La estructura del etf es lo que determina a qué activos de su índice le da más importancia, es decir, que porcentajes destina de su capital a cada activo del índice. La estructura del etf es un factor clave para determinar el rendimiento. Al fin y al cabo la estructura del etf es determinante para conocer el asset allocation y poder elegir con dos dedos de frente el etf al que queremos acceder. Por lo tanto, conocer la estructura del etf nos proporcionará una idea general del impacto que tendrá en el coste del etf, en su rendimiento y en el riesgo que asumiremos. En este enlace te proporcionamos una guía para que puedas elegir un etf con sensatez.
Composición de un ETF
La composición de un etf no es nada menos que igual que la de un fondo de inversión, en este caso, un fondo de inversión indexado. Los etf tienen una cartera de valores basada en un índice de referencia en mayor o menor medida. La diferencia con los fondos de inversión radica en que con los etf no es necesario esperar al cierre del mercado para conocer el valor liquidativo, es decir, al actuar como una acción, podemos entrar o salir en función del precio que obtengamos a tiempo real.
Un factor determinante en la composición de un etf es el índice que tienen como referente y de la manera en que lo replican. Un etf puede replicar exactamente un índice de dos formas distintas:
Etf de réplica física
Se les conoce como etf de réplica física a aquellos que imitan su índice de referencia adquiriendo los mismos subyacentes del índice de forma directa. Es decir, compra todas las acciones del índice en la misma proporción. Existe también el caso de los etf de réplica física por muestreo en los que el etf no adquiere el total de las acciones del índice, si no solo las que considera más representativas. Normalmente se utiliza este tipo de réplica por muestreo para imitar a los índices con gran volumen de activos en su cartera, de esta manera optimizan los costes al no tener que adquirir todos los activos del índice.
Etf de réplica sintética
Aunque son de los menos utilizados en el mercado de etf’s, no imitan al índice adquiriendo sus activos de forma física, si no que utilizan derivados financieros para replicarlo. Normalmente los tipos de derivados usados para imitar al índice son los conocidos como swaps: contratos de derivados en los que se intercambian los beneficios de dos instrumentos financieros.
Su funcionamiento es el siguiente: El etf entra en un contrato de swap con una contraparte, generalmente un banco de inversión, que es el que realmente le va a proporcionar la rentabilidad a través de los flujos de caja que el fondo le transmite. Si la rentabilidad que consigue el etf es inferior a la del índice que replica, el etf deberá abonar la diferencia a la contraparte del contrato del swap. De la misma forma, si la rentabilidad del índice es inferior a la de la cartera del etf, son las contrapartes del contrato las que abonarán la diferencia.
Dicho todo esto, sacamos en conclusión que es imprescindible conocer la estructura a la par que la composición del etf. La formación a la hora de la inversión directa es imprescindible y por lo tanto también un estudio previo. Así que, conocer a fondo como se estructura un etf y cual es su composición en cuanto activos son dos conocimientos mínimos a estudiar antes de empezar a invertir en estos vehículos financieros. Sigue aprendiendo sobre los etf en como tributan los etf en la declaración de la renta.