Ya comentamos en vídeos y artículos anteriores que había aparecido una figura de Hindenburg Omen en Nasdaq.
No siempre una figura técnica compleja de este tipo anuncia un crash, pero todos los crash han venido precedidos de una figura así. Insisto aunque muchas veces aparecen y no pasa nada, pero la realidad es que todos los crash, incluidos los recientes vienen precedidos de figuras así.
Recordemos que es esta figura, antes de ver la situación actual.
En el Libro de Leones contra gacelas la explicó debidamente.
Esta es una señal técnica curiosa, muy conocida en EEUU y muy poco en Europa, que tomó el nombre de la famosa catástrofe del dirigible alemán Hindenburg que se estrelló el 6 de mayo de 1937, dicen que por culpa de un tripulante que, animado por su novia que era militante antinazi, le animó a colocar una bomba incendiaria a bordo.
Esta señal técnica consiste en lo siguiente:
La inventó Jim Miekka editor de «The Sudbury Bull and Bear Report «. Se activa cuando la media de 10 semanas del NYSE Composite Index, basándose en los cierres al viernes está al alza, si está a la baja no vale. La segunda condición es que el famoso McClellan Oscillator esté en zona negativa.
Si estas condiciones se cumplen, se mira el número de nuevos máximos y de nuevos mínimos. La teoría es sencilla, en un mercado alcista la señal de que se empieza a dudar, que será el aviso de que viene la bajada, se dará cuando se vea un gran número de valores en nuevos máximos y a la vez otro gran número de nuevos mínimos, es decir, empiece un período de confusión o turbulencia, con divergencia clara de opiniones.
Según Miekka, lo mejor es esperar a un día en que haya como poco 79 nuevos máximos y nuevos mínimos. Es decir, ambos deben estar por encima de esa cifra. Entonces hay que dividir el más bajo de los dos números, ya sea el de nuevos máximos o el de nuevos mínimos, por el total de valores y multiplicarlo por 100. Si ese resultado está por encima de 2,2, cosa que muy raras veces sucede, se tiene una señal de «Hindenburg Omen». Algo que cada vez que ocurre, insisto por ser poco frecuente, levanta mucha polvareda.
Desde luego que tiene mucho sentido eso de que cuando en una tendencia alcista el mercado empieza a dudar hay que estar atentos, pero debo advertir que hay que manejar este indicador con sumo cuidado y darle una importancia relativa. Es un indicador más, todo los indicadores son interesantes, pero de ninguna manera un oráculo que no falle nunca.
McHugh introduce una aportación que es filtrar más la señal para evitar señales falsas y le añade dos condiciones más:
1- Que los valores que tocan máximos de 52 semanas en el NYSE no pueden ser más del doble que los que tocan mínimos (recuerden que la señal se basa en que haya un gran número de valores a la vez tocando máximos y mínimos, pues esto nos indicaría confusión tras una tendencia alcista y por tanto posibilidad de vuelta) y viceversa.
2- Para confirmar deben aparecer al menos dos señales Hindenburg Omen en un plazo de 36 días.
Tras ampliar las señales con estos dos filtros, McHugh se da cuenta que las señales son menos frecuentes. La señal gana mucho en efectividad y todas las grandes caídas han sido predichas por señales de este indicador en todo ese tiempo, aunque no siempre que se ha activado ha aparecido una gran bajada.
Las conclusiones y porcentajes de McHug son éstas:
Cuando una señal con estos filtros de Hindenburg Omen se activa:
– Hay un 41% de posibilidades de un crash mayor (más del 15 % de bajada).
– Un 54% de una bajada mayor del 8%.
– Un 77% de una bajada de al menos el 5%.
A título de curiosidad, podemos ver que en el crash de 1987 la señal apareció el 14 de septiembre y en el pinchazo de la burbuja el 24 de enero del 2000.
Una variante muy inteligente esta de McHugh y un indicador más a meter en la coctelera del estudio
Pues bien aclarado de que estamos hablando, el Nasdaq lleva dos en los últimos días y esto es algo que tenemos que tener muy en cuenta.
Vean a simple vista algo que nos muestra que el mercado se está descompensando tras tanta euforia y que influye en las formaciones de Hindenburg:
En suma, a ver como se digiere que un día en que el Nasdaq toca máximos históricos, nos encontremos con que tiene el mayor número de nuevos mínimos desde el crash del COVID. Evidentemente no tiene mucha lógica. Algo se cuece en la fontanería del mercado.
José Luis Cárpatos