El crash que ha sufrido en los últimos días tanto la libra como los bonos ingleses, ha sido épico. Todo ello causado por una reacción adversa del mercado a la fortísima bajada de impuestos anunciada por el gobierno financiada por un enorme incremento de la deuda.
El mercado esperaba que el mismo lunes el BOE parara todo esto con una subida antes de la reunión de los tipos de interés, pero no hicieron nada.
Y el mercado no perdonó y las ventas de bonos ingleses fueron muy agresivas. Estas ventas seguían elevando rentabilidades y empezaban a poner en peligro a las aseguradoras y bancos británicos, además de las de otros países. Con sus carteras hasta la bandera llenas de deuda pública, especialmente para las aseguradoras el problema empezaba a ser de órdago.
Al final el BOE ha tenido que ceder.
Ha anunciado fuertes compras de bonos a largo plazo y una parada de la QT, es decir de la reducción de balance inicialmente por algunas semanas.
La reacción inicial ha sido buena, subiendo fuertemente los bonos británicos y contagiando a los europeos y americanos. La libra ha mejorado pero no de manera eufórica ni mucho menos.
Todo parece indicar que la crisis era de tal calibre que con esto no va a bastar y los analistas piensan que tendrá que acompañar con una subida de tipos lo antes posible. Vean por ejemplo lo que dice Vanda Research:
El desafío con esto ahora es que el BoE está en un juego con los mercados. Este no es un equilibrio estable. Tendrán que hacer más… y eso implica subir las tasas también antes del 3 de noviembre. Los mercados necesitan que el Tesoro dé marcha atrás en algunos recortes de impuestos para generar confianza. La libra tiene la llave ahora
Pues veo muy acertada esta opinión, creo que es lo que hay.
José Luis Cárpatos