Los responsables políticos del Banco Central Europeo (BCE) han concluido en su última reunión que el la entidad debe mantener abiertas sus opciones políticas más allá de una reunión crucial en diciembre, ya que apuntan que a incertidumbre sobre la probable evolución de la inflación es excepcionalmente alta.
Y es que la alta inflación, además de ser considerada por expertos e inversores uno de los principales problemas del mercado, aunque sigue considerándose en gran medida temporal, esta podría ser mas duradera de lo que se pensaba en un primer momento.
Así, este mantenimiento de los altos precios aumentaría el riesgo de que los salarios empiecen a ajustarse y mantengan un crecimiento elevado de los precios, según las cuentas.
“Se advirtió que los datos disponibles en diciembre no resolverían todas las incertidumbres en torno a las perspectivas de inflación a medio plazo”, mostraron las cuentas el jueves.
“Se consideró importante que el Consejo de Gobierno mantuviera una opción suficiente para permitir futuras acciones de política monetaria, incluso más allá de su reunión de diciembre”, dijo el BCE en las cuentas, tal y como se hacen eco desde la agencia de noticias Reuters.
Los comentarios parecen hacerse eco de los llamamientos de responsables políticos conservadores como Jens Weidmann y Klaas Knot para que el BCE evite un compromiso amplio más allá de diciembre, ya que las perspectivas de inflación podrían cambiar rápidamente.
Perspectivas para la reunión de diciembre
En diciembre, el banco acordará con toda seguridad la reducción del programa de compra de bonos de emergencia por valor de 1,85 billones de euros (2,08 billones de dólares) a partir de marzo, pero contemplará la posibilidad de aumentar otras compras para compensar el retraso.
Aunque la mayoría de los responsables políticos parecen estar de acuerdo en la necesidad de continuar con el estímulo, las opiniones difieren en cuanto a la cantidad de apoyo necesario, ya que la senda de la inflación estaba subiendo, los riesgos eran elevados y las proyecciones tendrían que aumentar.
“Se expresó la opinión de que cuanto más durara el repunte de la inflación, más se afianzaría en las expectativas de inflación a largo plazo”, mostraron las cuentas.
Sin embargo, la mayoría parecía opinar que, aunque los riesgos se inclinaban hacia una mayor inflación, el BCE debía ser paciente y no endurecer la política monetaria prematuramente, sobre todo porque los salarios no mostraban una aceleración significativa.
Los partidarios de la política monetaria, que probablemente presionarán para que se realicen abundantes compras de bonos en diciembre, sostienen que la inflación bajará por sí sola, ya que los factores puntuales son los principales responsables, mientras que la inflación salarial, condición necesaria para una inflación duradera, sigue siendo anémica.
Los conservadores, por su parte, sostienen que, aunque sea de forma temporal, el elevado crecimiento de los precios acabará empujando los salarios al alza, lo que aumenta el riesgo de que la inflación se sitúe por encima del objetivo del BCE, una marca que no ha alcanzado en la última década.
Con todo, ambas partes coinciden en que una subida de tipos el año que viene sería prematura y las diferencias se centran en el ritmo de los estímulos continuados en forma de compras de deuda.
“Los participantes en el mercado posiblemente cuestionaron la credibilidad de la orientación futura del Consejo de Gobierno”, dijo el BCE. “En este contexto, se subrayó que el Consejo de Gobierno tenía que reafirmar… su determinación de actuar de forma contundente y persistente”. (1 dólar = 0,8909 euros)
(Información de Balazs Koranyi, edición de Francesco Canepa, edición de William Maclean)
Esther Bourgeois