Pues bien, es algo que preocupa a mucha gente, por lo que JP Morgan en un interesante paper ha llevado a cabo un estudio muy completo sobre este tema. Vamos a darle un vistazo.
Veamos una cita:
Análisis de las concentraciones del mercado de renta variable desde los años 60: la huida hacia la seguridad después de Covid-19 ha llevado el peso de la capitalización bursátil de los 50 mayores valores al tercer nivel más alto. En la actualidad, las 50 empresas más grandes representan el 56% del índice, en comparación con el pico de concentración de la burbuja TMT (2000) del 61% y el pico del Nifty-Fifty (1972-73) del 65%. Lo más importante es que el episodio actual se debe en gran medida a la búsqueda de seguridad, ingresos y liquidez («pseudobonos») por parte de los inversores mundiales en un mundo en el que es probable que los bonos soberanos ofrezcan rendimientos reales negativos en un periodo previsible. Además, las mayores empresas del S&P 500 tienen actualmente un historial probado de crecimiento orgánico, mayor poder de fijación de precios y mayor rentabilidad del capital;
Sin embargo, durante la burbuja de las TMT, las valoraciones de las empresas más grandes se inflaron gravemente debido a las suposiciones irreales de crecimiento terminal del mercado de historias de hipercrecimiento como CSCO, AMZN, INTC y AOL. Incluso Los Nifty 50, dominados por valores de consumo como Polaroid, Avon, Disney, Black & Decker, tenían más complicaciones de valoración en comparación con las empresas de hoy;
La concentración en valores de megacapitalización hoy en día supondría un riesgo para el mercado si los tipos subieran bruscamente o los gobiernos legislaran políticas más restrictivas (por ejemplo, tipos impositivos más altos para las multinacionales, antimonopolio), una opinión que mantenemos desde hace varios años
Lo primero que ve JP Morgan en su estudio, es que el fenómeno de la exagerada concentración en pocos valores de los índices no es un anticipo de bajadas. En esta cita se ve muy claro:
El aumento de la concentración no es un indicador fiable de los picos del mercado. En un horizonte de seis meses, sólo en 2 de los 7 episodios (octubre de 1997-marzo de 00 y agosto de 15-agosto de 18) de aumento de la concentración, el mercado estuvo por debajo (-4% en cada caso). Con la notable excepción de la burbuja de las TMT, los rendimientos del mercado fueron realmente positivos a 12 meses vista. También comprobamos si las valoraciones y las variables macroeconómicas como el crecimiento del PIB, la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, los tipos de interés y la curva de rendimiento
son capaces de anticipar la venta del mercado desde los picos de concentración. También fueron predictores poco concluyentes.
La gran diferencia respecto a situaciones peligrosas como 2000, es que los grandes valores objeto de la concentración no están tan exageradamente valorados como en otras ocasiones. Están muy caros, eso no lo dice el estudio, pero sí me gustaría comentarlo. Pero desde luego que no tan exagerado como en otras ocasiones. Vean esta cita del estudio de JP Morgan:
El aumento de la concentración no es un indicador fiable de los picos del mercado. En un horizonte de seis meses, sólo en 2 de los 7 episodios (octubre de 1997-marzo de 00 y agosto de 15-agosto de 18) de aumento de la concentración, el mercado estuvo por debajo (-4% en cada caso). Con la notable excepción de la burbuja de las TMT, los rendimientos del mercado fueron realmente positivos a 12 meses vista. También comprobamos si las valoraciones y las variables macroeconómicas como el crecimiento del PIB, la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, los tipos de interés y la curva de rendimiento
son capaces de anticipar la venta del mercado desde los picos de concentración. También fueron predictores poco concluyentes.
En esta tabla, se ve todo esto muy bien:


Es evidente que para nada estamos en la misma situación que la burbuja del 2000, donde se batieron todos los récords de exceso de valoración, pero ojo a las comparaciones con los otros períodos, porque sí que se claramente que el exceso de valoración actual es muy claro.
Y a mi modo de ver esto justificaría plenamente una fuerte corrección en algún momento del 2022. Ya anticipo que no esa la conclusión a la que llega el autor del estudio, pero sí la mía personal, que evidentemente puede ser errónea.


José Luis Cárpatos