La tasa de inflación de los precios al consumo en el Reino Unido se redujo al 10,1% interanual en marzo de 2023, por debajo del 10,4% del mes anterior, pero ligeramente por encima de las expectativas del mercado del 9,8%.
La tasa se mantuvo por encima de la marca del 10% por séptimo periodo consecutivo, y muy por encima del objetivo del 2% del Banco de Inglaterra durante casi dos años, lo que sugiere que los responsables políticos podrían seguir aumentando los costes de endeudamiento para combatir la inflación.
La principal presión al alza provino de los alimentos y bebidas no alcohólicas (19,1% frente a 18,0% en febrero), el ocio y la cultura (4,6% frente a 4,0%), y los bienes y servicios diversos (6,7% frente a 6,6%). El coste de la vivienda y los servicios públicos también ha seguido aumentando a un ritmo sólido (26,1% frente a 26,6%), mientras que la inflación se ralentizó tanto para el transporte (0,8% frente a 2,9%) como para los restaurantes y hoteles (11,3% frente a 12,1%).
La tasa de inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como la energía y los alimentos, se mantuvo sin cambios en el 6,2% en marzo, no muy lejos del máximo histórico de septiembre del 6,5%.
Estos datos provocan un temor a un nuevo repunte de la inflación, que tumba ligeramente las bolsas mundiales (incluidos los futuros americanos a primera hora). La libra también se fortalece, al igual que el rendimiento de los bonos, que saltan al alza.
El precio de las tasas del BOE muestra una probabilidad del 95% ya preparada para un aumento de la tasa de 25 pb en mayo.
Por Diego Puertas