Cualquier inversión que realizamos viene siempre acompañada de algunos tipos de riesgos, bien sea la inversión en un apartamento, en un coche o la que aquí nos refiere que es la inversión en bolsa.
Un factor importante a tener en cuenta para que nuestra inversión vaya a buen puerto es saber a qué tipos de riesgos nos enfrentamos y de qué manera podemos disminuirlos. Así como cuando conducimos con nieve nos focalizamos enseguida en los riesgos añadidos a la conducción y que puede pasar si no los tenemos en cuenta. Me gustaría compartir con vosotros algunos de los tipos de riesgos más comunes que nos podemos encontrar a la hora de invertir en bolsa y algunas ideas sobre cómo minimizarlos.
Riesgo de precio:
El más común y por lo tanto al que mayor atención se le suele prestar. Es aquel en el que el precio de nuestro activo disminuya su precio, o mejor dicho, que vaya al contrario de la inversión realizada.
– ¿Cómo disminuirlo?
De manera general, los inversores suelen intentar contrarrestar este tipo de riesgo con coberturas, bien mediante derivados o con inversiones en activos con una descorrelación negativa al subyacente invertido.
Riesgo mercado:
Estamos ante un riesgo más genérico, en el cual deberemos tener en cuenta tanto la evolución de los mercados financieros como la volatilidad de estos, sin perder de vista la inflación, tipos de interés y aspectos macroeconómicos que afecten a las economías.
Riesgo sectorial:
Cuando invertimos en un activo uno de los factores a tener en cuenta es el sector al que pertenece, pues una parte de la evolución de este vendrá ligada a las modificaciones que se puedan producir en el sector al que está ligado. Por poner un ejemplo, la evolución del precio del petróleo no afecta solamente a IAG, afecta a todo el sector aeronáutico.
– ¿Cómo disminuir el riesgo mercado y riesgo sectorial?
Una forma eficaz de reducir ambos riesgos radica en la diversificación. Si tenemos todo nuestro capital invertido en un mismo producto/activo estamos asumiendo un alto grado de ambos riesgos, pero si en lugar de eso diversificamos nuestra cartera teniendo en cuenta el riesgo sectorial y en los mercados donde están nuestras compañías, eliminamos un porcentaje alto de que toda nuestra inversión se vea afectada por las mismas variables.
Riesgo divisa:
Con este riesgo me refiero a las variaciones de los precios de las monedas en las que está realizada nuestra inversión, por ejemplo, si desde España compramos Apple en dólares. La evolución del precio del dólar se verá reflejada en nuestra inversión, si el dólar baja frente al euro, el valor de tu inversión habrá disminuido debido al cambio a euros.
– ¿Cómo disminuirlo?
La cobertura de divisas es lo más común en estos casos ya que permite protegerse de la volatilidad de la moneda. Una cobertura de divisa consiste en comprar futuros al precio actual de la moneda.
Riesgo de apalancamiento:
Este riesgo es exclusivo de los productos derivados , ya que muchos de ellos nos permiten aumentar nuestra capacidad de inversión con el mismo capital, multiplicando así la exposición de las posiciones. Un apalancamiento 2 a 1 significa que estamos invirtiendo el doble del dinero que realmente tenemos, o un 3 a 1 el triple, etc…. Hay que ser consciente que ese apalancamiento que puede ser beneficioso si la evolución sigue nuestra inversión, va también en nuestra contra si la evolución es contraria a la dirección de la posición tomada.
– ¿Cómo disminuirlo?
Fácil, no te apalanques. Pero si aún así estás decidido a hacerlo, lo más probable sea que apliques una cobertura, diversificación o una cobertura de divisas dependiendo de cual sea tu inversión.