El riesgo es inherente a los mercados financieros. Todos los instrumentos de inversión comportan riesgos, en parte debido a la fluctuación constante de los precios. Los derivados se introdujeron principalmente para tratar de reducir estos riesgos. Los instrumentos como los futuros, las opciones o los warrants nos ayudan a proteger nuestra cartera de inversión, nuestro producto, negocio o simplemente nos permiten tener exposición a un determinado movimiento de mercado. Repasamos qué es el mercado de derivados financieros y su funcionamiento, lee con atención.
Definición del mercado de derivados financieros
Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor varía en función del valor de un activo subyacente. Son contratos que sirven para comprar o vender ese subyacente, ya sea una materia prima (como el oro o el maíz), una divisa, una acción u otros activos a un precio determinado en una fecha concreta.
Los inversores suelen utilizar los derivados para cubrir sus riesgos, maximizar sus beneficios o limitar las pérdidas. Aunque están disponibles directamente en forma de opciones o futuros, el inversor medio también puede acceder a los derivados a través de fondos que invierten en ellos. Sin embargo, los derivados pueden ser inversiones arriesgadas y no son apropiadas para todo el mundo. Antes de comenzar a operar con ellos, debemos asegurarnos de comprenderlos bien y los riesgos que asumimos con cada operación.
Los derivados pueden negociarse en bolsa o en mercados no organizados (OTC). Las opciones y los futuros se negocian en bolsas reguladas, como el CME Group, la Bolsa de Nueva York (NYSE) y el Nasdaq. Por su parte, los forward y los swaps se negocian de forma privada y no están disponibles para el inversor promedio.
Estos instrumentos financieros ven variar su precio en función del valor del activo subyacente. De ahí el nombre de derivados, ya que derivan el valor de ese subyacente.
Tipos de derivados financieros
Hay dos tipos básicos de derivados:
- Contratos con la obligación de comprar o vender un activo en un momento y a un precio determinados
- Contratos con el derecho a comprar o vender, pero no la obligación de hacerlo
Los futuros, forwards y swaps son contratos de obligación. Las opciones son contratos de derechos, y pueden tener como activo subyacente acciones, bonos o índices. Existen cuatro tipos de contratos de derivados:
Futuros
Los contratos de futuros son muy utilizados para cubrir el riesgo de precio de un determinado activo, por ejemplo una materia prima. Son contratos estandarizados donde se especifica el tipo de subyacente, la cantidad, la calidad, el precio, el lugar y la fecha de entrega. El producto puede ser físico, como el maíz, o financiero, como un índice o un bono. Estos contratos se negocian en bolsa y su precio se actualiza continuamente.
Forwards
Algunas empresas e inversores pueden tener la necesidad de proteger un activo que no está disponible en un contrato de futuros estándar. Los forwards son contratos de futuros personalizados que se negocian entre un comprador y un vendedor fuera del mercado estándar. No se negocian en una bolsa y no están regulados, por estas razones, conllevan un mayor riesgo de impago, lo que los hace inadecuados para el inversor promedio.
Opciones
Un contrato de opción es un acuerdo entre un comprador y un vendedor que da al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un determinado activo en una fecha posterior a un precio acordado. Estos contratos dan derecho a comprar (Call) o vender (Put) los valores subyacentes: acciones, bonos, materias primas o índices en la fecha futura acordada.
Las opciones cotizan en bolsa con un precio para el contrato (prima), una fecha de vencimiento y un precio para el activo (strike).
Swaps
Los swaps facilitan un intercambio de valores, ya sea con diferentes vencimientos o con diferentes flujos de efectivo. Los tipos más comunes de swaps son los de materias primas, los de divisas, los de incumplimiento crediticio y los de tipos de interés. Son contratos que se negocian fuera de las bolsas.
Funcionamiento del mercado de derivados financieros
Los inversores suelen utilizar el mercado de derivados con dos fines: cobertura y especulación.
- Cobertura
Los contratos de derivados pueden utilizarse para proteger sus activos de las fluctuaciones de los precios. Por ejemplo, las acciones que tienes en cartera pueden protegerse de una caída mediante una cobertura con derivados.
Además, también te puedes proteger de la subida del precio de las acciones que tenías previsto comprar.
- Transferencia de riesgos
Este es el uso más importante de los derivados, ya que ayuda a transferir el riesgo de unos inversores a otros. Mientras que un inversor conservador puede aumentar la seguridad de su posición mediante un contrato de derivado, un inversor más arriesgado puede servir de contrapartida, con el objetivo de obtener beneficios a corto-medio plazo.
- Oportunidades de arbitraje
Las operaciones de arbitraje consisten simplemente en comprar barato en un mercado y vender caro en otro. Con la ayuda de los contratos de derivados, se pueden aprovechar las diferencias de precios en dos mercados diferentes y de este modo crear mayor eficiencia en el mercado.