Los inversores borraron alrededor de 3.000 millones de euros (3.500 millones de dólares) del valor bursátil de Telefónica (TEF.MC) este martes, después de que la compañía anunciara que reducirá a la mitad su dividendo el próximo año como parte de su nuevo plan estratégico a cinco años.
La estrategia, liderada por el CEO Marc Murtra, quien asumió el cargo en enero, busca reducir el endeudamiento creciente y preparar a la empresa para futuras fusiones y adquisiciones, con la ambición a largo plazo de liderar la consolidación del mercado europeo.
Sin embargo, la reacción del mercado fue negativa: las acciones de Telefónica se desplomaron un 13% al cierre, su mayor caída diaria desde la pandemia de COVID-19, mientras que el índice español de referencia IBEX 35 permaneció prácticamente plano.
“Hemos tenido que tomar decisiones difíciles, pero centradas en la creación de valor y en los fundamentos… los mercados a veces hacen ruido”, declaró Murtra en una rueda de prensa por la tarde.
La compañía planea pagar un dividendo de 0,15 euros por acción en 2026, con el objetivo de reducir la ratio de deuda neta sobre el beneficio operativo de 2,9 veces a 2,5 veces.
Enfoque en la reducción de deuda
Telefónica informó que su deuda aumentó en el tercer trimestre hasta los 28.200 millones de euros, desde 27.600 millones en junio, debido al pago de dividendos, las inversiones y el incremento de los costes operativos.
Reducir el apalancamiento, explicó la compañía, permitirá estar mejor posicionada para aprovechar oportunidades de adquisición y generar valor para los accionistas.
Aunque Murtra evitó comentar posibles operaciones de fusiones y adquisiciones, indicó que Telefónica contempla ampliaciones de capital para financiar compras que generen sinergias claras en costes y redes.
Un informe de Oliver Wyman publicado el martes señala que el sector europeo de las telecomunicaciones podría estar al borde de la mayor ola de fusiones en décadas, impulsada por la madurez del mercado, el crecimiento limitado, la fragmentación del sector, la necesidad de soberanía de datos nacional y un entorno regulatorio más favorable a la consolidación.
El plan de Telefónica prevé un crecimiento anual de los ingresos y del beneficio operativo ajustado de entre 1,5% y 2,5% hasta 2028, y de 2,5% a 3,5% entre 2028 y 2030. La empresa pretende aumentar el flujo de caja libre reduciendo los gastos operativos en un 25%, mediante el uso de IA en la atención al cliente y un menor gasto de capital.




